La escena que se vivirá el próximo miércoles por la mañana en el Palacio de Congresos de París, junto a la puerta Maillot, no tendrá desperdicio. En la primera fila se sentará Alberto Contador. Tal vez, y como acto de rebeldía por lo que él considera una injusticia, el ciclista español no lucirá ningún símbolo alusivo al Astana, que es su equipo, aunque él preferiría tener ya los papeles del divorcio sobre la mesa. A su lado –posiblemente sin saludo y con decenas de cámaras tratando de captar al menos un intercambio de miradas entre ellos– se acomodará Lance Armstrong. El tejano, desde el 2002, no se acercaba por la capital francesa en fecha tan señalada. Y, sobre el escenario, Christian Prudhomme, el director de la prueba, quien con la mayor de las solemnidades, detalle a detalle, irá descubriendo los secretos, la buena nueva, el trazado por el que discurrirá el Tour del 2010, a partir del 3 de julio del próximo año.

¿Qué es lo que se sabe oficialmente? Pues poca cosa, más allá de que la carrera comenzará el año que viene en Rotterdam (Holanda) con una contrarreloj urbana y que al día siguiente, a través de la costa holandesa, la prueba cruzará la frontera belga cerca de Amberes.

A partir de allí todo será novedoso; pero en los tiempos en los que reina internet sobre todas las cosas resulta muy difícil mantener un secreto hermético. Y más aún para un acontecimiento deportivo de la trascendencia del Tour de Francia.Por esta razón, a dos días de la presentación oficial, Contador ya puede sonreír. La próxima edición de la grande boucle se antoja una carrera hecha a medida de sus características, un recorrido más apropiado para el pinteño que el que le sirvió de escenario en julio para ganar por segunda vez en París.

¿Qué verá Contador? Pues para empezar una alegría inmensa, en el supuesto de que no pueda cambiar de equipo y se quede en un Astana de baja calidad artística. No habrá contrarreloj por equipos, allí donde más que en ninguna otra parte necesita del apoyo de los gregarios. Descubrirá un Tour 2010 que hará escala en Bruselas, como homenaje a los 65 años de Eddy Merckx, que penetrará en Francia a través de la región de Champaña y que al octavo día de competición celebrará la primera de las cinco llegadas en alto; final inédito, en la estación de Les Rousses, montes del Jura.

Pirineos atractivos

Comprobará Contador que los Alpes llegarán con mayor suavidad que los Pirineos, aunque gozará de una segunda llegada en las cumbres, en La Toussuire, allí donde se hundió Floyd Landis en el 2006, para gloria de Óscar Pereiro (por cierto, sigue sin equipo para el 2010), un día antes de que el estadounidense apostase por el dopaje camino de Morzine, donde discurrirá la primera jornada de descanso.

Sonreirá con la incursión al aeródromo de Mende, allí donde Laurent Jalabert puso a Miguel Induráin contra las cuerdas con su fuga de 1995. A partir de ahí, Contador casi se emocionará con unos Pirineos atractivos. Llegada a Aix-3-Domaines; etapa en Luchon que incluirá las ascenciones al Portet d´Aspet (donde se mató Casartelli) y a Menté (donde se cayó Ocaña). Y, sobre todo, verá como una realidad el homenaje con el que el Tour recompensará al Tourmalet, la más famosa de sus montañas, en el centenario de su primera ascensión. Se subirá dos veces, en dos días. En el segundo, habrá meta en su cumbre, lo que solo ha sucedido en 1974. Ideal para Contador.