Con el Barcelona en el horizonte, sin Raúl ni Guti ni nuevos galácticos y con un hechicero en el banquillo, el Real Madrid afronta la temporada con una idea fija: poner punto final a su dinámica perdedora y lograr algún título después de dos años de sequía. Con la base del año pasado, a la que se suman jugadores de perfil medio, como Di María, Khedira, Pedro León, Canales y zil, la apuesta de Florentino Pérez por Mourinho supone un giro desesperado para volver a asomarse a la élite del fútbol español y europeo.

Hace poco más de 10 años, Florentino se rompió el tendón de Aquiles al celebrar un gol del Madrid al Barcelona. Aún no era presidente. Estaba en su casa y no pudo contener la euforia. Ahora, el presidente blanco quiere recuperar alegrías similares, sin el sobresalto de un percance. Hace un año no le bastó invertir en poco más de un mes lo que hubiera gastado en tres años. Esos cerca de 260 millones de euros le han alcanzado para que el equipo lograra un récord de puntos y aguantara el tirón del Barcelona hasta el último partido, pero para nada más. Esos registros maquillan la estadística, pero no sirven para abrir la sala de trofeos, algo que el club blanco no hace desde hace dos temporadas.

Recientemente, un empleado del club apuntó que daba igual si esta temporada tampoco no se ganaba un título. "Vendemos otras dos torres y ya está", decía. Pero ya no hay más torres, ni más pelotazos. Hay un vacío en la competición española y un Barcelona que no parece haber perdido el apetito. Si el año pasado se buscaba un antídoto a jugadores como Messi o Xavi, esta temporada el Madrid está en esa misma onda. De la "superproducción" de la que habló Jorge Valdano el pasado verano con la llegada de Cristiano Ronaldo, Kaká o Benzema, se ha pasado a una película con los mismos actores y algunos extras más.

EL BARÇA, ASEQUIBLE Cristiano Ronaldo llevaba cuatro años levantando títulos en el Manchester United hasta que llegó al Madrid y se quedó seco. Al menos, el portugués ha respondido a las expectativas. Ahora asegura que el Barça es más asequible. "Este año va a ser distinto", vaticina Cristiano, que al igual que el resto de sus compañeros apunta a Mourinho como el hombre capaz de llevarles a ganar títulos. La mano del extécnico del Inter en la pretemporada ha hecho que muchos jugadores vuelvan a poner muy alto su punto de mira. "Podemos ganar la Champions", decía Di María, uno de los recién llegados que quizá desconozca que el Madrid lleva seis años sin pasar de octavos.

El exjugador del Benfica, con gustos más ofensivos que defensivos, llega para reforzar la banda izquierda. Todos esperan que ofrezca una mejor imagen que en el Mundial, con Argentina. Por la derecha podría haber un hueco para Pedro León, cuyo trabajo ha causado impresión en la pretemporada. Khedira se asociará con Xabi Alonso en el centro del campo. El jugador alemán de origen tunecino es de esos futbolistas que afianzan el sistema de Mourinho. Un futbolista de costa a costa, como lo define el técnico, por su capacidad para defender y su naturalidad para sumarse al ataque.

Canales llega como el chaval que puede revolucionar las cosas. Pese a tener por delante a Di María y zil, habrá que ver si el exjugador del Racing tiene el desparpajo suficiente como para hacerse un hueco. Kaká sigue levantando dolores de cabeza. En el stage en Los Angeles pasó más tiempo en el gimnasio que sobre el césped y al final resulta que ha tenido que operarse de una lesión de rodilla con la que jugó