PUERTO RICO: (21+28+16+27) Arroyo (24), Ayuso (15), Hourruitiner (9), Ortiz (8), Santiago (7) -cinco inicial-, Casiano (18), Hatton (5), Ramos (2), Fajardo (4) y Rivera (-).

ESTADOS UNIDOS: (20+7+19+27) Iverson (15), Marbury (2), Jefferson (8), Duncan (15), Odom (13) -cinco inicial-, Wade (10), Boozer (3), Anthony (-), Marion (2), Stoudamire (-) y James (5).

ARBITROS: Bultó (ESP) y Sutulovic (SCG). Excluyeron por personales a Santiago (m.34), Odom (m.37).

INCIDENCIAS: Primera jornada.

A las primeras de cambio, sin tregua alguna, Puerto Rico derrocó el último mito del baloncesto, el Dream Team , tocado en el pasado Mundial de Indianápolis, donde encajó sus tres primeras derrotas internacionales, y hundido en Atenas de la mano de un Carlos Arroyo galáctico (24 puntos) y la ambición de todo el conjunto antillano.

Los profesionales pierden incluso en los Juegos Olímpicos, coto privado de los Estados Unidos. Ya son como todos, algo impensable en Barcelona´92, pero más real que nunca en Atenas 2004.

Los internacionales boricuas cuajaron dos primeros cuartos, simple y llanamente, preciosos, abrumadores, insultantes para los orgullosos profesionales de la NBA, reducidos a siete puntos en el segundo cuarto (20-27), que interrumpió el choque con un marcador surrealista: 49-27.

SIN OPOSICION Todo lo que salía de las presionadas mentes de los norteamericanos era dársela a Tim Duncan. Pero el jugador de los Spurs no es omnipotente. Si la cosa iba de hombres altos, ahí estaban José Ortiz y Daniel Santiago y el joven de 2,19 y 19 años Peter John Ramos. Que el asunto dependía de exteriores, pues a Allen Iverson le daba réplica, y de qué manera, Carlos Arroyo, o Eddie Casiano a Stephon Marbury y así, todas las comparaciones individuales y colectivas, caían del lado caribeño. Ni siquiera el paso por los vestuarios con 22 puntos de desventaja animó a los estadounidenses. De nuevo, sólo parafernalia, algún mate descomunal, pero nada que oliese a reacción.