Fueron demasiados, muchos, los que, al concluir la arrolladora victoria de Toni Elías ayer, en Brno, en la reñida categoría de Moto2, pensaron que la trampa que había hecho su equipo que, en pleno agosto, en plena prohibición de ir a entrenarse, había protagonizado una sesión privada en Misano, había surtido efecto. "Aquello lo hicimos plenamente ignorantes de que no se podía hacer. Es más, ¡si hasta hicimos comunicado oficial hablando sobre ello!".

Lo cierto es que Elías, que pasó séptimo en las primeras vueltas, fue remontando posiciones hasta ganar a lo grande y aumentar su ventaja en el Mundial sobre su perseguidor, el italiano Andrea Iannone, que ahora es de 55 puntos, más de dos victorias. Y fue Iannone, según explicó el joven manresano, quien le provocó la reacción que cambiaría todo la carrera.

Picado

"Sabía que tenía más ritmo que los demás y, posiblemente, fue eso lo que provocó que saliese dormido", contó Elías. "Cuando me pasó Iannone, pensé: Oye, tío, o te pones las pilas o ahí te quedas". Y, sí, sí, empezó a volar. Tanto que venció con enorme comodidad. "Pero esto es muy largo. Ya sé que vosotros queréis hablar del año que viene, de mi posible regreso a MotoGP, pero dejarme que disfrute este momento maravilloso, que aseguremos el título y que lo celebremos todos. Aquí una caída puede hacer que se te complique la vida. El futuro viene después del presente".