El colombiano Nairo Quintana (Movistar) acudió puntual y poderoso a la cita de los escaladores en el temible Blockhaus, en cuya cima dio un doble golpe tras un vuelo en solitario que le permitió enfundarse la ‘maglia’ rosa de líder del Giro.

Un golpe de autoridad facilitado por la mala suerte de dos rivales directos, el español Mikel Landa y el británico Geraint Thomas (Sky), eliminados a 14 kilómetros de meta por una caída provocada por la moto de un policía mal aparcada en el borde de la carretera.

Con el Sky descabezado, Quintana se ocupó de continuar la estrategia de su equipo y de asestar un golpe definitivo a 4,8 de meta, cuando el cóndor boyacense abrió las alas en solitario hasta anidar en la cima del Blockhaus, «el búnker», donde alzó los brazos con un adelanto de 24 segundos sobre sus primeras víctimas, el francés Thibaut Pinot (Francaise) y el holandés Tom Dumoulin (Sunweb).

Fueron los primeros del estropicio, aunque ambos salvaron la jornada, sobre todo Dumoulin, que podrá lucirse en la crono de 40 kilómetros de mañana incluso pelear la ‘maglia’ rosa de Nairo. Mayor peaje pagaron Mollema, a 49 segundos del colombiano, y Nibali, a un minuto, desfondado desde lejos.

Y en el colmo de las desgracias se situó Mikel Landa. De colíder al limbo. El español, descorazonado, cruzó la raya a 27 minutos. Adiós total a sus opciones de estar arriba en el Giro, que hoy vivirá una jornada de descanso.