Ni la tarde de perros que hacía en la ciudad deportiva rojiblanca evitó que los jugadores del Atlético fueran insultados por un pequeño grupo de seguidores, a los que la nieve y el gélido viento serrano no echaron atrás a la hora de acudir ayer por la tarde al Cerro del Espino (Majadahonda) para pedir cuentas a quienes fueron ridiculizados por el Recreativo en el Nuevo Colombino.

La Copa, el camino más corto y sencillo para rehabilitarse y estar en Europa la temporada que viene, parece ahora también un camino intransitable para un grupo de futbolistas que se ha quedado sin crédito, al menos para su entrenador. A Quique Sánchez Flores solo le faltó dar nombres y señalar con el dedo a quienes considera responsables de las dificultades que ha encontrado para reflotar la nave rojiblanca.

"La profesión hay que vivirla igual en el campo del Recre que en el Bernabéu o en Anfield... Tengo que buscar el tipo de futbolista que no me defraude más porque son varias decepciones las que he tenido. La situación requiere una cirugía importante y tengo claro lo que hay que hacer", dijo en rueda de prensa Sánchez Flores, especialmente dolido con gente como Forlán, Cleber Santana, Ujfalusi, Juanito y Antonio López. Con todo, puntualizó que quería ser prudente y prefería callarse unas cuantas cosas más.

EQUILIBRIO MINIMO El mismo tono empleó, según Asenjo, que no jugó en Huelva, en la reunión que mantuvo ayer con la plantilla antes de mandarla a correr por un pinar cercano. Unas palabras que reavivan el incendio que consume el vestuario rojiblanco, en el que, como sucedió con Abel Resino, aumentan las voces críticas con la forma de trabajar y las decisiones de su entrenador. Desde su incapacidad para dotar de un mínimo equilibrio al equipo a su radical cambio de opinión sobre el valor de la plantilla. Llegó diciendo que no necesitaba refuerzos y ahora resulta que le urge cambiar media docena de jugadores.

El presidente, Enrique Cerezo, es de los que piensan que el Atlético tiene mimbres para hacer las cosas mejor, y tampoco se mordió la lengua. "Ha sido una vergüenza, profesional, deportiva y todo lo que queráis decir".