El Plasencia Extremadura estará en los playoffs por el ascenso a la LEB Oro, logro que hay que valorarlo en su justa medida y por ello hay que catalogarlo de extraordinario para un club que partía en clara desventaja con la gran mayoría de sus rivales.

Ya no solo por tener uno de los presupuestos más bajos de la categoría, a lo que hay que añadir que no se realizó pretemporada alguna, que se empezó la liga con dos jugadores menos y que una plaga de lesiones ha tenido muchas veces a la plantilla en cuadro.

Una plantilla que se le entregó a un entrenador casi desconocido, que a priori y observando su escaso currículo admitía dudas. Pero Rafa Gomariz, a base de su trabajo, dedicación y humildad, se ha ganado el respeto y el corazón de más de uno, el mío el primero.

Gomariz tiene el verbo fácil, es elocuente y dicharachero, pero siempre convincente. De ideas muy claras, siempre ha ido de frente, sabiendo siempre lo que tenía que hacer y lo que no con una plantilla limitada, pero a la que él ha sabido impregnarla de ilusión por marcarse la meta alcanzada en Pamplona. Su cercanía hace que los que amamos este deporte, sigamos aprendiendo. El valor de Gomariz se refleja más todavía en lo que han expresado sus colegas de profesión al pasar por La Bombonera, ni uno solo ha dejado de admirar su lectura de los partidos, su capacidad de reacción ante los inconvenientes, su conocimiento exhaustivo del rival y sus trampas . Porque Rafa es un genio en trampear, en descentrar, en esconder sus defectos y exhibir sus virtudes, sus tiempos muertos son siempre una solución y sus gestos en el banco nunca son para la galería.

Bien haría la directiva en atar pronto a este cuco porque al pájaro cordobés no le va a faltar quién le ofrezca nido.

Gomariz vive el baloncesto de manera vibrante, es un ganador nato y por ello ha engrandecido a unos jugadores que le han respondido de manera colosal con un sobreesfuerzo, un coraje y un pundonor que no han pasado desapercibido en ninguna cancha y que al final han obtenido un justísimo premio.

Gracias al trampas Plasencia puede presumir de equipo. Grande Rafa, muy grande.