Rafael Nadal arrasó a Andreas Seppi (6-0, 6-4 y 6-3) y despejó el panorama de España, enturbiado por la inapelable derrota encajada por Tommy Robredo frente a Filippo Volandri (6-3, 7-5 y 6-3) en plena carrera por prolongar la estancia del combinado hispano en la elite de la Copa Davis. El tenista balear hizo gala de todos los trazos que definen su juego y que le han llevado a orillas de la cima del ránking para solventar el compromiso con el número dos transalpino y sumar su 61 triunfo seguido en tierra batida.

La peculiaridad de esta competición suele encumbrar a raquetas de segunda fila. Esa idiosincrasia es la que casi catapultó a Seppi a la condición de héroe hace un año, en Torre del Greco, donde batió a Juan Carlos Ferrero y puso contra las cuerdas al propio Nadal, que solventó el compromiso a base de entrega.

El tenista de Bolzano se agarra a esta competición para proyectar su juego. Estancado en el 71 del ránking y sin éxito alguno en la ATP, rentabiliza sus opciones en la Davis.

Sin embargo, Nadal se encargó de marcar las fronteras desde el principio. Despreocupado por la presión que sobre él añadió el desaguisado provocado por Robredo, malparado del choque previo ante Volandri.