El español Rafael Nadal consideró su primera actuación en el Masters 1.000 de Madrid como floja, pero la sacó adelante con una victoria por 6-4 y 6-3 ante el ucraniano Oleksandr Dolgopolov, 62 del mundo, en una jornada en la que el sueco Robin Soderling, finalista y verdugo del de Manacor en Roland Garros, mordió el polvo ante un pletórico Nicolás Almagro.

Nadal no pareció muy contento por su triunfo ante un rival casi desconocido, que le cortó el ritmo con golpes inesperados, que posee una derecha cruzada más que aceptable.

El campeón de los Masters 1.000 de Montecarlo y Roma, finalista el pasado año en la Caja Mágica, necesitó una hora y 26 minutos para deshacerse de tan incómodo adversario. Además, el mallorquín sintió que sus pies no se agarraban tanto como él deseaba a la pista, y hoy cambiará sus zapatillas para plantearse el duelo contra el gigante estadounidense John Isner (2,06 metros) a las 16:00 horas, de una forma más positiva.

La potencia del tenis español en tierra quedó demostrada no solo con Nadal, el murciano Nicolás Almagro jugó uno de esos partidos para enmarcar y derrotó a Soderling, por 6-4 y 7-5, después de manejar con sapiencia y tranquilidad una situación apurada en el segundo set, en el que estuvo 0-3.

El tenis español colocó a otro español en octavos, Feliciano López, que tenía ganas de desquitarse ante el estadounidense Andy Roddick, pero el ex campeón del Abierto de EE.UU. se dio de baja antes debido a un virus estomacal. Su puesto lo ocupó Oscar Hernández, que cayó ante eli´ 6-1 y 6-2.