Seguir el Ramadán no es fácil y menos para los deportistas de élite. Los futbolistas musulmanes y los clubs europeos intentan hacer compatible la pretemporada con el mes de ayuno del Islam, que impide comer y beber desde el alba hasta la puesta del sol. Algunos se acogen a la dispensa que el Corán contempla para embarazadas, ancianos, enfermos, niños y viajeros. Pero a Ali Karimi, el Maradona de Asia , regatear el Ramadán le ha salido caro. Su club, el Steel Azin de Irán, le ha mandado a la calle.

"Ante el incumplimiento de las normas del club por parte de Ali Karimi y su falta de respeto a las normas del mes de ayuno, el club Steel Azin se ha visto obligado a expulsarle", afirmaba el comunicado de su ya exequipo. Aunque en este caso puede haber otros elementos extrarreligiosos --Karimi había criticado al presidente del Steel Azin, Mostafa Ajorlou--, el caso ha sentado un precedente.

En España, los barcelonistas Abidal y Keita ingestan mínimamente alimentos y líquidos durante los 29 días para evitar deshidrataciones y problemas físicos. En el Madrid Mahamadou Diarra practica la abstinencia; no así Lass y Benzema.