Abrupto paréntesis en la luna de miel que está siendo esta temporada para el Al-Qazeres Extremadura. Sufrió una indiscutible derrota (70-82) ante el Campus Promete en un partido en el que estuvo muy por debajo de su nivel. No pasa absolutamente nada: la permanencia en Liga Femenina está muy cerca y seguro que al final de la jornada nadie le moverá de la zona de playoffs. Lo mejor es que nadie dejó de luchar. Y así es como se llega lejos.

Quizás fue el tributo a un mal día de Julie Forster, que demostró que es humana y no extraterrestre, y también la consecuencia de una semana de gripes en el vestuario. Si el puesto de base quedó tocado con la grave lesión de Carla Nascimento, que Irena Vrancic, teórica titular ahora, haya estado en cama buena parte de los últimos días, resultó ya un obstáculo demasiado elevado. Mariona Martín hizo lo que pudo en la dirección, pero viene de casi un año sin jugar.

El primer cuarto empezó tan frío como el propio ambiente del pabellón, pese a los cañones térmicos instalados para subir un poco la temperatura. Las jugadoras respondieron con numerosos errores en una y otra canasta, sobre todo protagonizados por las locales, a las que les costó mucho entrar en faena.

El Campus Promete supo aprovecharlo, dominando a su antojo el rebote y encontrando sorprendentemente posiciones cómodas de tiro cerca del aro.

El 16-22 del final del cuarto fue casi un mal menor para el Al-Qazeres, al que, muy dependiente de los aciertos de Pamela Rosanio, le esperaba su momento más oscuro poco después.

El encuentro pareció irse por el sumidero mediado el cuarto con un aterrador 22-37. Sonó entonces el despertador, particularmente en la figura de una Ameryst Alston hasta entonces cegada en el tiro y que, de repente, lideró la revolución.

Un parcial de 0-10 fue vital para llegar al descanso con bastante equilibrio (35-39). Otra nueva ‘mini victoria’, basada también en una evidente mejora defensiva y en jugar al mismo tiempo con tres pívots, un recurso poco habitual esta temporada.

SEGUNDA PARTE / A la vuelta de los vestuarios, las riojanas empezaron mejor otra vez (38-48, min. 26). El conjunto de Jacinto Carbajal estaba ofuscado, desesperado porque su juego habitual fácil no fluía. La expresión de ello fue una técnica al propio entrenador que no cambió la dinámica, al igual que otra a Irena Vrancic en los segundos finales del cuarto que provocó la confirmación del cataclismo (48-68).

Faltaban diez minutos y la misión era prácticamente imposible, pero nadie bajó los brazos, la gran lección positiva de la noche. De hecho, se llegó a atisbar una remota esperanza cuando en apenas cuatro minutos casi la mitad del trabajo estaba hecho (60-71), pero era muy difícil. Hasta ese último cuarto no llegó la primera canasta de Julie Forster, una auténtica rareza. Si hay alguien que puede permitirse un día flojo es sin duda ella.

La recta final diluyó la meta secundaria que podía ponerse el equipo anfitrión, que era reducir la diferencia a menos del average del partido de la primera vuelta (+5 para Al-Qazeres).

Al menos fue una noche especial para Marta Sanz, la jugadora del filial que debutó, y para las canteranas de la selección extremeña infantil que fueron homenajeadas por su oro el grupo preferente en el Campeonato de España. Siempre es difícil irse triste del todo del Macayo.

AL-QAZERES70

CAMPUS PROMETE82

3Al-Qazeres Extremadura: Mariona Martín (3), Pamela Rosanio (21), Ameryst Alston (26), Julie Forster (4), Duby Dacic (9) --cinco inicial-- Silvia Romero (0), María Romero (0), Elena Corrales (0), Miriam Forasté (3), Irena Vrancic (0), Marta Sanz (0).

3Campus Promete: Paula Estebas (7), Nicole Romeo (20), Laura Herrera (12), Robyn Parks (17), Leslie Knight (14) --cinco inicial-- Jocelyn Stewart (3), Ana Begic (0), Juana Molina-Prados (9), Laura Arroyo (0), Umo Diallo (0).

3Marcador por cuartos: 16-22, 35-39 (descanso), 48-68 y 70-82.

3Árbitros: Mariano Palomo y Alberto Sánchez.

3Pabellón: Serrano Macayo.

3Espectadores: 600.