El espíritu de equipo ascensor sigue persiguiendo al Villanovense, que es penúltimo con 9 puntos. Sólo un partido ganado en 17 partidos --4-2 al Ecija en la séptima jornada-- es un balance demasiado pobre para el conjunto de Alberto Parras. Se está gestando un pequeña revolución en la plantilla que le conduzca a variar lo que parece un destino que se intuye inevitable. Sin embargo, en descargo del equipo hay una cuestión que se repite demasiado: lo más habitual es que su juego, que nunca renuncia al ataque ni a cierta vistosidad, esté siendo mucho mejor que los resultados.