TEtl Auto del Juzgado de lo Mercantil nº 7 de Madrid que se ha pronunciado sobre las medidas cautelares al Real Murcia ha trastocado de lleno la planificación de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) para la temporada 2014-15 en la Segunda División y ha puesto en evidencia las medidas de control económico que la LFP había aprobado recientemente para reducir paulatinamente el enorme endeudamiento del fútbol español.

La LFP como asociación deportiva privada había establecido en sus normas una serie de ratios de carácter económico de obligado cumplimiento para reducir las deudas de los clubs /SAD y, obviamente, aquellas entidades que no cumplieran tales ratios, no serían inscritas en la asociación profesional. Tales normas son de carácter organizativo.

El Real Murcia no cumplía con los ratios establecidos y, además, mantenía deudas con terceros, con lo que procede la sanción disciplinaria del descenso administrativo.

Sin embargo, el Real Murcia solicita ante la Jurisdicción ordinaria el otorgamiento de medidas cautelarísimas contra la decisión de la LFP, basándose fundamentalmente en la vulneración del derecho a la libre competencia al ser jurídicamente una sociedad mercantil.

El pronunciamiento del Juzgado de lo mercantil considera que el Murcia debe permanecer en Segunda División, entre otras cosas, porque si descendiera a Segunda B, sufriría automáticamente una depreciación de activos patrimoniales que pondrían en peligro su supervivencia y tendría que enfrentarse presumiblemente a la liquidación de la entidad deportiva, con el agravante de que sus acreedores soportarían un perjuicio directo a la hora de cobrar sus créditos. El Real Murcia está inmerso en concurso de acreedores con una deuda de unos 34 millones de euros, de los cuales, 12,5 millones adeuda a la Seguridad Social y a la AEAT.

XY A TODO ESTO,x la LFP había propuesto que el Mirandés ocupara la plaza del Real Murcia, luego, si el Juzgado dictamina que el Murcia debe permanecer en 2 A, ¿qué hacemos entonces con el Mirandés? ¿Se establecerá una liga de 23 clubs, o de 24 para no quedar coja e incorporar al Real Madrid-Castilla? Si la Segunda A estuviera formada por 23 ó 24 equipos, habría que volver a configurar los grupos de Segunda B y, sucesivamente los de Tercera División.

Si el Real Murcia no fuera inscrito en Segunda, ¿demandarán los acreedores del Real Murcia a la LFP por el perjuicio causado? Si el Auto del Juzgado de lo Mercantil nº 7 de Madrid no es susceptible de recurso, ¿quién asumirá los daños y perjuicios causados hasta que se resuelva definitivamente el fondo del asunto?

Con todos estos condicionantes y los que nos deparará el futuro inmediato, se esperan días muy revueltos en el ya de por si convulso y endeudado fútbol español.