Si el principal mal del juego del Cáceres es la carencia de juego interior, por peso y pocas ganas de jugar cerca, en el peor momento se recibe al Estudiantes, equipo tradicionalmente muy fuerte en el rebote ofensivo, con auténticos especialistas. En la pintura este año el dominador es Felipe Reyes.

Azofra intentará buscar un ritmo alto --las rotaciones lo permiten-- y que el equipo juegue disfrutando, casi de patio de colegio. Loncar y Jasen completan la batería exterior con el rol de secundarios pero con mucha calidad tirando de tres. Iturbe es la versatilidad y Keefe, Gabriel y Vidaurreta aportan músculo y talento en el poste bajo.

Claves: bases y escoltas ayudando en todos los rebotes; Jiménez es el baremo del equipo, no permitirle anotar cerca; seguir buscando a Thomas cerca y encontrar el equilibrio, no dejarse a la suerte de tirar de tres como única opción.