Siendo jugador del Espanyol, se licenció en Imagen y Fotografía. Ha sido el protagonista de varias exposiciones y su especialidad son los paisajes. A Ernesto Valverde (Viandar de la Vera, 1964) le hubiera gustado retratar --y retratarse-- en la mágica noche del domingo en Atenas, después de que el equipo que entrena, el Olympiakos griego, se proclamara campeón de Liga y desatara la euforia.

A Valverde se le quiere en Viandar. Se le suele ver, cada cierto tiempo, recordando sus raíces, que las sigue teniendo muy en cuenta ahora que triunfa como técnico. Buena prueba de ello es que "se ha hecho una casa, junto a la de su padre, ya que también a su mujer le gusta mucho venir", desvela el alcalde, Julián Trejo.

El bar La Plaza es otro buen ejemplo de la estrecha relación: el local está repleto de fotografías de la trayectoria del Txingurri , tanto de jugador como de entrenador. Desde el pasado fin de semana ya tienen un argumento más.

El alcalde ha sido testigo directo de la vida --la personal y la profesional-- del que define como alguien "estupendo, siempre muy centrado; un chaval majísimo" . Trejo y la familia de Valverde, con su padre, Justo, a la cabeza, no tuvieron más remedio que emigrar al País Vasco, donde han compartido vivencias, ya desde Vitoria, donde eran también vecinos. Justo trabajó en la Mercedes.

Como futbolista, sus goles en el Alavés y en el Sestao le condujeron al Espanyol, donde brilló. Tras un traspaso de 600 millones de pesetas, y junto a Miquel Soler, se fue al vecino Barcelona. Con Johan Cruyff no terminó de cuajar y, tras dos temporadas, se fue a su Athletic de Bilbao. Seis años en casa y cierre de carrera en el Mallorca.

Estudioso sin escuela

Este intelectual de los banquillos, amigo de sus amigos --algunos ilustres, como el cineasta David Trueba o el escritor Bernardo Atxaga-- ha forjado su carrera como entrenador en el estudio de su profesión. Metódico, dialogante y abierto. Así dibujan a Valverde, quien a su vez no quiere encasillarse. "No creo que pertenezca a escuela alguna. Sólo he intentado coger lo mejor de cada entrenador. Y los he tenido muy buenos: Cruyff, Clemente, Irureta, Mané, Sáez, etcétera", justifica.

Como entrenador, fue sorprendentemente destituido en el Athletic, al que llegó después de dirigir a los cadetes y avalado por Andoni Zubizarreta. Consiguió la clasificación para la Copa de la UEFA, un hito en un club en su particular travesía del desierto, y después se fue al Espanyol, donde logró el subcampeonato de la UEFA en el 2007. Los penalties, que favorecieron al Sevilla, le privaron del título.

Ahora, Valverde ha triunfado. Y en Viandar lo celebran como hijo del pueblo que es.