El regreso de Luis Figo al Camp Nou, dos años después de que tuviera uno de los recibimientos más hostiles que se recuerdan en el mundo del fútbol, es el asunto que más preocupa estos días sobre la seguridad del partido.

Otro ilustre exbarcelonista, Ronaldo, también puede ser objeto de las iras de los aficionados en su primera visita al coliseo azulgrana vestido de blanco, aunque no se espera que el trato sea tan descortés.

Aunque será silbado, con seguridad, lo del brasileño se prevé que sea distinto. De hecho, fue ovacionado, después de marcharse al Inter, las dos veces anteriores que ha jugado en el Camp Nou, ambas con la selección brasileña.

El "irrepetible" recibimiento a Figo --según lo definió el miércoles Gerard López-- batió todos los récords de decibelios en el Camp Nou. El portugués recibió además, cada vez que se acercaba a la banda, una lluvia de monedas, de billetes con su efigie impresos y otros objetos, incluidos dos teléfonos móviles que se recogieron del césped del Camp Nou.

Figo, que tuvo que renunciar entonces a lanzar los córners, ha asegurado ahora que piensa hacerlo ahora, siempre que el público se lo permita.

400 POLICIAS

El efecto Figo perduró además en el tiempo, pese a que el portugués estuvo ausente del partido de la temporada pasada en el Camp Nou, debido a un esguince en el ligamento lateral interno del tobillo derecho.

El Barcelona ha elaborado para el partido del sábado un plan para evitar posibles invasiones de espectadores al campo. Ha contratado un mayor número de personas (habrá unos 200 en el Camp Nou), muchas de los cuales se repartirán tras las porterías y en los laterales del campo, con el objetivo de evitar cualquier incidente.

En el control de este partido de ´máximo riesgo´ intervendrán también unos 400 agentes de la policía nacional (incluidas unidades de caballería, perros guía, antidisturbios e incluso de vigilancia del subsuelo) y otros 50 de la Guardia Urbana.