En el baloncesto cacereño se habla más del próximo rival que de la propia actualidad del Cáceres 2016. Y es que el CAI Zaragoza confirmó ayer el regreso de Alfred Julbe a su banquillo, que llevará aparejada la salida de José Angel Arcega del puesto de director deportivo. Ambos son ex del club verdinegro, donde también tuvieron sus tiranteces, resueltas también con victoria del entrenador, que prescindió de Arcega al final de la temporada 2001-2002 y provocó así su retirada de las canchas.

El Cáceres 2016 se encontrará un extraño y tenso caldo de cultivo en su visita del próximo viernes al pabellón Príncipe Felipe. La irregularidad del CAI provocó la destitución de Oscar Quintana el domingo y ahora la vuelta de Julbe, que ya dirigió al equipo maño en otras dos etapas. La última de ellas acabó hace sólo siete meses cuando se quedó a las puertas del ansiado ascenso a la Liga ACB.

ARCEGA, FUERA La condición de Julbe para aceptar la oferta de la directiva aragonesa era la desaparición de Arcega, criticado ya por parte de la afición debido al escaso éxito de su política de fichajes durante los tres años que ha ocupado el puesto ejecutivo. En la tarde de ayer no se había aclarado aún cuál sería su nuevo papel en la entidad y ni tan siquiera si iba a continuar.

En el Cáceres se sigue con mucha atención la crisis maña. Paradójicamente, el actual presidente verdinegro, Felipe Fernández, fue muy crítico con Julbe y Arcega cuando ejercía de analista para distintos medios de comunicación hace unos años.

Por otro lado, Teodoro Casado, presidente de honor del Cáceres 2016 y a la vez presidente de la Fundación Cáceres, será homenajeado próximamente por el club: primero con la entrega de una placa en los prolegómenos del encuentro de la vigesimosexta jornada de la LEB frente al Farho Gijón (4 de marzo) y después en un almuerzo y un concierto-espectáculo en su honor que correrá a cargo del pianista trujillano Isidro Ortega en el Gran Teatro (6 de marzo).