La F-1 ha perdido en 2009 a los cuatro actores principales fuera de la pista. En este tumultuoso año se ha materializado el despido de Jean Todt de Ferrari, el retiro de Ron Dennis en McLaren y ayer se consumó el adiós de Flavio Briatore a Renault. Los tres funerales han sido oficiados en mayor o menor medida por Max Mosley, al que esta guerra con los tres grandes actores le bajará de la silla de la FIA en noviembre. Renault anunció ayer que "Flavio Briatore y Pat Symonds dejan el equipo". Así esperan amortiguar la sanción que el Consejo Mundial les impondrá por el accidente deliberado de Piquet en el GP de Singapur.

Como en una película de mafiosos, se han repartido disparos hasta su último aliento. Casos de espionaje entre Ferrari y McLaren, sórdidos espectáculos con prostitutas, accidentes intencionados, afrentas personales, venganzas y, dinero, mucho dinero, forman el cocktail en el que hay que situar la dimisión-despido de Briatore. Fue Tito Bernie , como le llaman en Jerez, quien le dijo a Luca Cordero de Montezemolo, gran jefe de Ferrari, que Todt le andaba moviendo la silla --por eso el italiano fulminó al francés--; fue Bernie quien sugirió a Dennis que se apartara de McLaren para no hundir a la escudería con una sanción mayor tras el caso de espionaje sobre Ferrari; fue Ecclestone quien le dijo a Mosley que tenía que dimitir para que la FOTA no creara un Mundial paralelo, y, finalmente, ha sido él, quien sentó a Carlos Ghosn, el presidente del grupo Renault, y Mosley para arreglar el caso Piquet antes de que el miércoles el equipo francés y la credibilidad de la F-1 salten por los aires con un escabroso juicio en la FIA.

REBAJAR LA MULTA Mosley solo quiere la cabeza de Briatore, el tipo que lideró la revuelta contra él. Y Ghosn y Ecclestone se la han dado. Así aseguran que la multa propuesta por la comisión de investigación de la FIA --100 millones de dólares-- se reduzca sensiblemente y no suponga una carga definitiva para que Renault --pierde a ING de patrocinador este año-- se vea obligado a abandonar la F-1. Es un actor principal como equipo y como suministrador de motores. Y si Ecclestone lo necesita, se queda, aunque sea a costa de su socio Briatore.

Así que Renault hizo ayer un escueto comunicado en el que anunció que "el director Flavio Briatore, y el director técnico, Pat Symonds, han abandonado la escudería. El equipo no contestará a las recientes alegaciones realizadas por la FIA sobre el GP de Singapur y no hará declaraciones hasta el Consejo Mundial". La declaración de Nelsinho Piquet, la telemetría de su coche en Singapur, sus conversaciones por radio y el interrogatorio al que fueron sometidos los responsables del equipo hicieron concluir a la FIA que Piquet júnior había provocado deliberadamente su accidente.