Todo el mundo habla de Ronaldinho. Todo el mundo pregunta por él, en uno de esos debates que se encienden y nadie sabe muy bien cómo acabará. De momento, esta noche, en el duelo ante el Zaragoza (22.00, PPV), con el Barça luchando por sumar un pleno de tres triunfos consecutivos, el Camp Nou no podrá juzgar a quien durante mucho tiempo no admitía discusión. Ahora, sí. Ahora, muchos culés han puesto a Ronaldinho bajo sospecha y no le pasan una. Otros, siguen defendiéndole, por lo que ha sido y por lo que esperan que vuelva a ser. Y entre los primeros nombres de esa lista de creyentes figura el de Frank Rijkaard. "Tiene mi apoyo y mi ayuda total", proclamó rotundo.

Ronaldinho no se toca. Ese es el mensaje que lanzó ayer el entrenador, en medio de la creciente presión y las dudas que rodean al futbolista y que desde hace días han dejado en segundo término al resto del equipo. El viernes pasado apenas se habló del Sevilla. Ayer se pasó de puntillas por la visita del Zaragoza --solo hubo una pregunta a propósito del rival-- porque, aunque no lo parezca, hoy vuelve la Liga al Camp Nou. Pero, igual que en los buenos tiempos Ronaldinho era el centro de todos los elogios, ahora está metido en el ojo del huracán.

TEST EN EL CAMP NOU También está metido en el vestuario, encerrado, sin dejarse ver demasiado, aunque ayer por la mañana salió a correr un rato a La Masia --ni siquiera la televisión del club captó esas imágenes--, recuperándose de la lesión muscular que sufrió la semana pasada. Por la tarde, en cambio, los turistas que paseaban ayer por el Camp Nou se encontraron con una inesperada sorpresa.

Vieron a Ronaldinho correr durante media hora, realizando incluso ejercicios con el balón. De forma suave, eso sí. En un solo día, se vio a la estrella más que casi en una semana. Y el club, una hora más tarde de acabar ese entrenamiento que se convirtió en un test, difundió fotografías de la estrella para transmitir una imagen de normalidad en torno a él.