Lo que ha pasado con el Cáceres es el mayor fraude que ha habido en la historia del baloncesto español". Martín de Francisco, uno de los representantes con los que más ha trabajado el club verdinegro en los últimos años, expresa abiertamente su queja sobre la anunciada fórmula legal que permitirá, en principio, que la nueva entidad juegue en la Liga LEB tras la previsible e inminente desaparición del Basket Cáceres SAD.

El agente de jugadores dice que llevará a los que hasta ahora han dirigido la sociedad a los tribunales. Se le debe mucho dinero. "No lo hago por eso, sino porque ya está bien de tanta sinvergonzonería. El trato durante los dos últimos años ha sido lamentable", asegura.

La traslación del anterior club a uno de reciente creación, generado desde la Fundación Cáceres, ha levantado dudas en algunos foros, pero el presidente de la nueva entidad, Juan Francisco Luis, asegura que todo se ha hecho correctamente y con el visto bueno de la Federación Española de Baloncesto. "La plaza en la LEB se le ofrece a la ciudad, no a un club", se defiende. Ya ha hablado personalmente con Martín de Francisco, al que conminó a seguir colaborando con el Cáceres --ayer tenía previsto verse con el entrenador, Ñete Bohigas, en Fuenlabrada-- y a dirimir los problemas que pueda tener con la antigua SAD en los tribunales. "Nosotros no tenemos nada que ver jurídicamente con el antiguo club", remarcó Luis.

LAS ANTIGUAS ACCIONES

Pese a todo, en muchos aspectos prácticos los dos clubs tienen inevitables coincidencias, empezando por la sede social, el teléfono o la página web. Desde el mismo fax se emitieron, por ejemplo, la convocatoria a la presentación del entrenador Ñete Bohigas y el anuncio del reembolso del dinero de las nuevas acciones de la frustrada ampliación de capital del Basket Cáceres SAD. Quienes acudieron a la operación pueden recuperar la cantidad que inviertieron en el Banco Simeón sólo presentando el resguardo.

El naufragio se empezará a formalizar el 2 de julio, día de la asamblea de accionistas que decidirá la disolución, el cese de los consejeros y el nombramiento de un liquidador que venda los bienes para pagar a acreedores.