El hotel de Abu Dabi, que comparten España y Brasil en los Emiratos Arabes Unidos, no es de cinco estrellas. Parece de seis por el lujo que tiene. En él se alojan habitualmente los oficiales de las fuerzas armadas. Esta semana ha sido tomado por dos alegres pandillas de jóvenes, que hoy se juegan algo más que un Mundial sub-20. Tal vez hasta dirimen su futuro. Andrés Iniesta y sus compañeros se asoman a la leyenda. Se miden al país que representa el fútbol. "Todos sabemos qué es Brasil", dijo ayer la estrella azulgrana, el joven que colecciona elogios desde los 12 años --campeón de Europa sub-16 y sub-19-- en su prodigioso camino. "Pero si hacemos bien las cosas podemos ganar".

Juega España para defender el orgullo europeo en la élite mundial --fue la única semifinalista entre Colombia (a la que eliminó con un gol de Iniesta, claro), Argentina y Brasil-- y para demostrar, además, que tiene una cantera de ensueño. Una cantera que luego, por diversas y complejas razones, siempre se estropea. La materia prima es de alta calidad. De la mejor. Pero después los técnicos, miedosos ellos, y los directivos, incapaces de apostar por el talento joven, desaprovechan ese tesoro. "España juega muy bien, tiene un esquema táctico muy interesante", afirma Marcos Paquetá. "Pero observé que en las segundas partes se cansan un poco", añade.

SIN EXPERIENCIA Es lógico. Se cansan los jóvenes porque no tienen ritmo de competición. Iniesta, como siempre, es el ejemplo más claro. Tres meses y medio de Liga y apenas 54 minutos le ha dado Frank Rijkaard en el Bar§a. "No están habituados a disputar tantos partidos en tan poco tiempo", lamenta el seleccionador José Armando Ufarte, que disfruta de una nueva juventud gracias a la gran generación.

Si Brasil intenta vencer apoyado en la energía de Dudu, un centrocampista que asusta por su físico, Ufarte apela a Iniesta, sin olvidar al pícaro Sergio García, que ya lleva dos goles en el Mundial. Tiene también unos centrales fiables (Carlos García y Melli, éste del Betis) y un portero (Riesgo, del Eibar), que no falla. Mientras Paquetá goza con Daniel Alves (el lateral derecho del Sevilla, a quien llaman el nuevo Cafú) y con su ataque --Brasil suma 13 goles--, España se vanagloria de la defensa (sólo ha encajado tres tantos). Pero todos miran al niño de Fuentealbilla (Albacete), que tiene en Pep Guardiola a su mayor admirador: "Es de ese tipo de jugadores que han nacido para el fútbol". Los técnicos de la FIFA comparten esa opinión. "Tiene clase, lujo, panorama, gol y liderazgo".