Basta con acercarse una tarde al campo de abajo del polideportivo municipal ‘Tomás de la Hera’ de Almendralejo para comprobar que aquellos, más que entrenadores, son hormigas currantes pendientes de cualquier movimiento. Cisqui no para de dar órdenes entre conos, petos y querubines de tres y cuatro años. Pepe Tirado resopla en el despacho recibiendo notificaciones y horarios desde la federación. Angelito, el míster del juvenil, hace encaje de bolillos para sacar terreno para entrenar. «Ninguno de los cuatro días que entrenamos disponemos de campo entero para ensayar. Ni siquiera una hora», se lamenta resignado. Y mientras, cientos de camisetas verdes y blancas revolotean por los campos con el balón como entretenimiento. Eso es un esbozo trazado con rapidez y superficialidad de lo que es el CP Almendralejo, un club familiar, de unos 450 chavales, repleto de profesores currantes, que vive los días más felices de su historia al ver como su equipo estandarte, el juvenil de División de Honor, presume con orgullo un histórico liderato en su grupo.

Ni Madrid, ni Atlético (con los que comparte grupo) de ni Barça han ganado sus tres primeros partidos de liga. Pero sí el CP Almendralejo, que ya es revelación de la liga tras las tres primeras jornadas. Mientras todo el mundo le situaba como la cenicienta del grupo, los de Angelito han guardado silencio para hablar sobre el verde, donde han tumbado ya a Valladolid, Fútbol Peña de León y Unión Adarve, su última víctima el pasado domingo. «Está claro que no lo esperábamos y que es como un sueño, pero hay que ser realistas. Esto sabemos que es circunstancial, aunque también tenemos que saber disfrutarlo», apunta Ángel Gutiérrez Angelito, un entrenador recién titulado, pero con mucho poso en sus palabras.

40.000 euros de presupuesto

El CP Almendralejo cuenta con uno de los presupuestos más bajos de la categoría. Puede rondar los 40.000 euros. Entrena cuatro veces a la semana y tiene ocho jugadores de la localidad. Los demás son de poblaciones cercanas, excepto tres: Fran Casanova (Ciudad Real), Jonathan Fernández (Isla Cristina) y Dani Campos (Valencia). Solo dispone de dos pisos para tener jugadores y los recursos «son muy limitados», repite una y otra vez su entrenador.

El club está celebrando su décimo aniversario de fundación con un estreno soñado en la élite. «Nosotros tenemos que basarnos en la intensidad y el orden en defensa. Si aguantamos cada partido 90 minutos, siempre tendremos opciones». Angelito sabe que tienen que caer de la nube, «pero vamos a estar preparados para ello. Ya estoy trabajando al personal para que no se venga abajo cuando vengan las derrotas y empates, que van a venir, claro está». De momento, «restamos nueve puntos a los 32 que hacen falta para la permanencia. Esos ya no se van».

La autogestión es fundamental en este tipo de clubs. Angelito es entrenador, pero ha ejercido de secretario, director deportivo y casi de psicólogo deportivo este verano. «Nuestras posibilidades para firmar jugadores son más escasas. En Extremadura competimos con el Diocesano, que es de Cáceres y cuentan con el factor de la Universidad. Eso es algo que muchos niños valoran para decantarse por ellos», apunta.

El día a día para un entrenador de División de Honor en el modesto CP Almendralejo tampoco es sencillo. Trabaja toda la mañana en el grupo Konecta y no sale hasta las seis de la tarde. Suelta y marcha a los entrenamientos, hasta la noche. Recién casado y con una hija de 18 meses. «Claro que es duro porque tenemos que hacerlo casi todo, pero la ilusión es enorme y tenemos que seguir aprendiendo».

Angelito dice que no le hace falta guardar la clasificación actual. «Estoy recibiendo constantemente whatsapp de amigos con la imagen de la tabla. La tengo por todos lados. Ya les he dicho a Cisqui y Pepe Tirado que la enmarquen bien por ahí en grande que no creo que la vayan a ver mucho más». Y es que hace una década, ellos dos soñaron con ver a este equipo en la élite algún día, pero lo que nunca imaginaron es que lo verían como líder. Y es que, a veces, con trabajo, los sueños pueden superar a la realidad.

Y con la máxima ilusión preparan ya la próxima cita, el derbi ante el Diocesano, el próximo sábado en Cáceres.