El baloncesto de chicas en Cáceres se reinventa. El Al-Qazeres sustituye al Femenino Cáceres como único representante autonómico en la segunda categoría nacional, la LF-2, y jugará su primer partido el domingo (12.00 horas, Pabellón Serrano Macayo, Canal Extremadura TV) ante el Celta de Vigo. La competición ya arrancó el pasado fin de semana, pero a las cacereñas les correspondía descansar porque la liga, afectada como tantas otras por los problemas económicos de los clubs, se ha quedado en solo once miembros en su grupo A.

El relevo no ha sido traumático y hasta puede parecer que haya algo similar a una 'sucesión de empresas'. Pero pocas cosas más lejos de la realidad: el Al-Qazeres lleva un lustro trabajando con el basket de cantera y ahora se ha decidido a asaltar el profesionalismo. Lo hace con modestia, acento extremeño y, eso sí, varios nombres que ya la campaña pasada protagonizaron un brillante expediente con el Femenino Cáceres: las jugadoras Carla do Nascimento, Jara Salgado, Alejandra de la Fuente y Verónica Sánchez, así como el entrenador Jacinto Carbajal, su ayudante, Miguel Guillén, y el presidente, Alberto Montes, que en los últimos meses ejerció como director deportivo. En realidad, las únicas caras nuevas son las de Gabriela Rodríguez, Ndidi Madu y Ndeye Tabara.

JUVENTUD ANTE TODO La plantilla es pretendidamente corta de efectivos para dar protagonismo a los productos del club, como Elena Corrales, Carmen Cambero, Carmen Canelo o María José Rodríguez. Ninguna ha tenido nunca minutos a este nivel, por lo que su aterrizaje tendrá que ser paulatino.

El Femenino Cáceres --caracterizado en sus últimos años por sus problemas económicos, los procesos judiciales en los que se ha visto inmerso y la supresión de la cantera-- y Al-Qazeres se parecen poco. El nuevo club está intentando, en la medida de sus posibilidades, hacer de los partidos una fiesta, con distintas actividades. Asegura que ya contabiliza unos 200 abonados de pago. La entrada en los partidos, que normalmente serán los sábados por la tarde, tampoco será libre (tres euros).

Esa misma jovialidad del club es la que transmite el equipo en sí, un grupo de jóvenes que, repartidas en dos pisos, intentan abrirse camino en el mundo del baloncesto casi como en una aventura. Pero ya saben que en el deporte femenino lo tendrán difícil para hacerse ricas. Los sueldos no superan los mil euros y los ven complementados por otros trabajos que realizan al amparo del club, como monitoras de gimnasia. La mayoría está estudiando en la universidad.

DOS EJEMPLOS La barcelonesa Gaby Rodríguez, de 22 años, es uno de esos casos de profesional del baloncesto que se ha visto golpeada por la crisis. Antes una jugadora como ella podía ganar incluso el doble. Ahora usa el deporte como un complemento a su formación laboral. Está realizando las prácticas como higienista dental. Pero, un poco en el espíritu del equipo, prefiere ponerle buena cara a la situación.

"Vengo a trabajar, a conseguir victorias. Me he encontrado un vestuario muy bueno. Muy cálido. Somos muy cercanas entre todas. Un grupo muy humano. Y el club paga al día", cuenta. "Ya sabemos que la situación es muy difícil. Lo único que esperamos que lo que pasa se solucione pronto, que la gente no se acabe cansando de todo", añade, aparentemente satisfecha con Cáceres. "Había venido solo a jugar alguna vez y no lo conocía. Ahora lo estoy descubriendo", dice.

Hay quien, como Ndidi Madu, cruza todo un océano por apenas mil dólares al mes. Nacida en Estados Unidos y con pasaporte nigeriano, las últimas campañas las pasó en la universidad de Florida. Nunca había pisado España. "Estoy aprendiendo el juego de aquí, las costumbres, cómo se comporta la gente. Las chicas me están ayudando mucho en todo, son fantásticas. Creo que puede ir bien, aunque hay mucho trabajo por hacer", comenta. Será una jugadora importante en la rotación de Carbajal, que ya ha advertido, eso sí, que hay que olvidarse de la comparación con Kourtney Brown, nominada como mejor jugadora de la LF-2 la pasada campaña con el Femenino Cáceres.