Segundo partido consecutivo del Cáceres Patrimonio de la Humanidad en su pabellón, esta vez ante el Melilla (21.00 horas). El representante extremeño en la LEB Oro espera seguir la estela de su triunfo de hace siete días frente al Araberri (89-85), una noche aquella para la reconciliación con su público y consigo mismo. Pero el rival es sin duda más exigente: uno de los favoritos para el ascenso directo, como dijo ayer Ñete Bohigas.

El técnico mostró una actitud optimista, pese a ello. No le faltaban motivos para ello: «Es posiblemente la primera semana en la que haya tenido a los diez jugadores para entrenar. Hemos hecho muy buen trabajo, crecido baloncestísticamente y también anímicamente. Hemos recordado las sensaciones que tuvimos cuando ganamos los tres partidos seguidos».

Reiteró además que ve al grupo «bien» y que está «convencido de que puede competir ante el Melilla, aunque sea uno de los mejores de la liga».

De su plantilla destacó a Dani Rodríguez, base exverdinegro, y su conexión con Fran Guerra. Tampoco pasó por alto «la intimidación de Massime Fall, el tiro de Diego Kapelan, ‘cuatros’ muy altos como Javi Lucas y la versatilidad de Filip Djuran».

«Vamos a tener que estar en las mejores condiciones, pero tengo la sensación de que hemos subido peldaños», añadió.

Pese a todo, el Melilla, tercero en la tabla, viene de perder de forma agria en casa ante el Força Lleida (80-95). «He visto el partido y no juegan a su mejor nivel, pero es que Lleida es un equipo que va a pelear por el playoff con ventaja de campo.

LOS TRIPLES Y LOS LITUANOS / El Cáceres lanzó 36 veces de tres puntos el pasado viernes, diez veces más que de dos. La tendencia a vivir o a morir desde la línea de triples se va acentuando según avanza la temporada, pero Bohigas defiende que es «nuestro juego» porque «no tenemos unas referencias grandísimas en el poste bajo y debemos buscar algo más rápido, con muchas posesiones y tiros de tres». Eso sí: advirtió sobre no descuidar la defensa ni un solo momento. «Tenemos que estar duros atrás porque si no, este juego no se puede hacer», sentenció.

Para lo de anotar compulsivamente tendrá a tope a Niko Rakocevic, héroe de la última jornada con sus 27 puntos incluyendo cinco triples. Sus gestos al palco --según dijo, a alguien que no era directivo-- han sido pasados por alto. Si es así como se motiva, perfecto, argumentan a nivel interno. Su compañero de posición Luis Parejo también ha mejorado considerablemente su estado físico en los últimos días y se prevé que pueda ayudar más, aunque aún tiene molestias en un dedo pulgar.

En el otro polo está la actuación de los dos pívots lituanos, Rolandas Jakstas y Robertas Grabauskas, sobre los que Bohigas reconoció abiertamente que no están al nivel que se esperaba, aunque se culpó parcialmente: «Mi trabajo es que lo consigan». Por lo que contó, ha hablado con ellos personalmente, aunque en el caso de Jakstas se refirió más bien a que «está pasando un momento físico complicado por un problema en la rodilla». Sobre Grabauskas sí hubo más referencias a lo psicológico: «Tenemos que ayudarle a que se sienta seguro en la pista. Si le ponemos muchas piedras en la mochila, vamos a perder un jugador y eso es algo que un equipo como el nuestro no se lo puede permitir».

Es Navidad, pero el baloncesto no para apenas. Después de este encuentro los jugadores tendrán unos días de descanso hasta el martes, cuando toque ya preparar la visita al Tau Castelló del viernes 29. «En estos partidos cuesta concentrarse, sobre todo si luego hay un viaje, pero este no es el caso», sentenció Bohigas.

Sus jugadores visitaron por la mañana la sección infantil del Hospital San Pedro de Alcántara, donde estuvieron con los niños enfermos dándoles ánimos. Y les prometieron ganar hoy, claro.