El altercado sufrido el pasado domingo por la expedición del Jerez tras el encuentro disputado en Zafra frente al Díter, independientemente de ser provocado por un grupo de gamberros exaltados, pudo no ser fortuito, como apuntan diversas fuentes. Pese a la cordial relación entre las directivas, lo cierto es que hay una serie de precedentes que invitan a pensar, como indicaba ayer el conductor del autobús atacado, que la acción fue premeditada y no un acto espontáneo.

Hay varios indicios que llevan a esta conclusión y que dieron lugar a la emboscada sufrida en un paraje solitario a la salida de Zafra.

Estos hechos no son frecuentes entre equipos de la región. La posible razón de lo ocurrido, pues, hay que buscarla en algunos acontecimientos que tuvieron lugar en el pasado entre ambos equipos y que han provocado un cierto pique entre las dos aficiones. José María Caballo, vicepresidente del Jerez, pese a reconocer que la directiva del Díter se comportó "con absoluta corrección", apunta que "el ambiente en las gradas estaba más crispado que en otras ocasiones. La gente insultaba a los jugadores desde que salieron a calentar".

El origen de las desavenencias entre ambas aficiones podría remontarse a cinco años atrás, cuando ambos equipos militaban en Segunda División B. El Díter llegaba al último partido con la necesidad de que el Jerez lograra un triunfo en casa ante el Betis B para no descender. El Jerez perdió ese partido --según distintas versiones, sin poner demasiada entrega sobre el campo-- y los segedanos se vieron abocados a jugar el siguiente año en Tercera.

"Noté que había muchas ganas de que el Díter fuese el primer equipo que acabase con la imbatibilidad del Jerez, y el fallar un penalti en el último momento provocó la pataleta del público. Llevo 16 años en el club y en Extremadura nunca habíamos sufrido un incidente de este tipo. Y menos en Zafra, con quien siempre había existido una rivalidad sana", manifiesta José María Caballo.

La otra cara

Sin ánimo de polemizar, Santiago Barrigón, presidente del Díter, apunta una serie de detalles: "Tras el penalti, algunos jugadores del Jerez se giraron hacia el público, haciendo gestos para provocarles. De todos modos, tampoco hay que sacar las cosas de quicio". De hecho, reconoce que "el partido se calentó, pero no creo que haya causa-efecto".

La directiva verdinegra había contemplado la posibilidad de exigir responsabilidades por el ataque, pero desde la Federación Extremeña de Fútbol son tajantes: "Fuera del campo, nosotros no tenemos ningún tipo de competencia. Quien actúa es la justicia ordinaria", indica su secretario general, Juan de Dios Monterde.

Mientras, Emilio Vázquez, el conductor herido, afirma que "varias decisiones arbitrales provocaron que el público fuera calentándose. Los jugadores protagonizaron diversos enfrentamientos, incluso algunos espectadores se liaron a patadas con el banquillo del Jerez. En Tercera División parece que vale todo".