El holandés Arjen Robben, exjugador del Real Madrid, tuvo ayer un debut mágico con el Bayern --jugó 45 minutos, marcó dos goles y se convirtió ya en uno de los favoritos de la afición-- y ayudó a la resurrección de su equipo, que goleó con autoridad al Wolfsburgo por 3-0.

El técnico del Bayern, Louis Van Gaal, dejó en el banquillo a Miroslav Klose --no anda bien--, a Franck Ribery --el holandés consideró que todavía no estaba en plena forma y sólo recurrió a él para la última media hora-- y al recién llegado Robben --que sólo entraría para la segunda parte para celebrar su debut de consagración. Marcó su primer gol en el 68 tras una internada por la banda izquierda y un remate con la zurda y el segundo en el 80 tras una jugada de contragolpe en la que se asoció con Ribery.