El brasileño se emocionó en su última rueda de prensa, y a cuatro días de cerrar once años de madridista y marcharse al Fenerbahce, reconoció que no quería irse. Triste por su adiós, mostró el dolor que siente por marcharse. "Soy madridista y nunca me veía fuera. Es muy difícil que llore el domingo, me estoy preparando para despedirme feliz".