Roberto Heras, del Liberty Seguros, se mostró intratable en la etapa reina de la Vuelta y fue el encargado de estrenar la cima inédita de Calar Alto, en Almería, junto al Observatorio Astronómico, donde el campeón vigente se mostró galáctico para vestirse de oro líder.

Apareció el mejor escalador del ciclismo español en el momento oportuno, en una de las etapas que pasan a la historia por su final inexplorado, donde el nombre queda para siempre. La duodécima etapa de la Vuelta, disputada con pelea de principio a fin entre Almería y Calar Alto, elevó a Roberto Heras hasta la prenda dorada, la misma que conquistó en propiedad en 2000 y 2003. Entró sobrado en medio de la niebla con un tiempo de 4h.19.33.

Los efectos colaterales del despliegue del ciclista bejarano, de 30 años, fueron de 34 y 53 segundos respecto a Santi Pérez (Phonak) y Paco Mancebo (Balears) que le siguieron en meta. Alejandro Valverde, con su calvario particular a cuestas, luchó con pundonor y entró a 1.27. El líder del Kelme salvó un día muy complicado en espera de que se vayan curando sus males.

La general despidió a Landis, lejos de los grandes, y al US Postal (12 día de diversos líderes). Heras mira hacia adelante con la camiseta oro. A 35 segundos se situó Mancebo, a 49 Valverde, que configuran el podio provisional, cuarto quedó Nozal a 1.12 y Landis quinto a 2.19. La Vuelta también despidió hasta otro año a dos campeones del mundo: Igor Astarloa y Oscar Freire, ambos con la mente puesta en el Mundial de Verona. Heras, alcanzó su octavo triunfo de etapa en la Vuelta y el segundo de la temporada.