Sufre el baloncesto en Cáceres una curiosa y desagradable epidemia de sucesos fuera de las pistas. Tanto la sede de la Federación Extremeña, situada en las dependencias del pabellón Multiusos, como la del Cáceres Patrimonio de la Humanidad, a escasos 200 metros de allí, han sido asaltadas por los ladrones para llevarse el dinero en metálico que guardaban. No grandes cantidades, pero sí algo que ha causado el lógico desasosiego en ambas casas.

En el caso de la FexB es algo que ocurrió el pasado 2 de enero y a lo que no se ha querido dar publicidad --apenas fueron unos pocos cientos de euros de los empleados para pagar la lotería de Navidad--, pero lo del club sí ha sido más serio. Tuvo lugar en la madrugada del lunes al martes de esta semana.

«Cuando la administrativa ha llegado esta mañana, se ha encontrado con la cerradura forzada y cuando ha entrado y lo ha revisado todo se ha dado cuenta de que solo se han llevado los 3.000 euros que habíamos recogido de unas prendas que íbamos a pagar para chicos de la cantera», relata el presidente del Cáceres, José Manuel Sánchez, que lamentó la «mala suerte» que está atravesando la entidad en las últimas semanas, entre lesiones, derrotas en finales apurados y ahora esto.

«No sé todavía si el seguro que tenemos nos va a cubrir todo, pero es terrible porque normalmente no solemos tener tanto dinero en metálico», aseguró. Al menos, en plan positivo, se congratuló de que no se llevasen ni trofeos ni los equipos informáticos.

No es que 3.000 euros supongan un daño irreparable, pero sí suponen una contrariedad para un club que no va sobrado.

El robo a la Federación Extremeña fue parecido, con el matiz de que se produjo, también con la sede vacía, a las cuatro de la tarde, a plena luz del día, y tras romper una ventana. Tras la pertinente denuncia, el autor, un delincuente habitual que ya había actuado en un supermercado y una iglesia, fue detenido porque dejó sus huellas dactilares, detectadas por la policía científica.