El suizo Roger Federer señaló tras su derrota en las semifinales del Abierto de Australia ante el serbio Novak Djokovic que sentía que había creado "un monstruo que necesita siempre ganar cada torneo" y que no sabía siquiera si vería la final del domingo.

Así empezó el jugador suizo su autocrítica tras ver cortada su racha de 10 finales consecutivas del Grand Slam y encajar la derrota más fuerte desde que perdió con el brasileño Gustavo Kuerten en la tercera ronda de Roland Garros en 2004. "Alcanzar las semis no está mal, pero tengo que analizar y ver si he de hacer cambios para el próximo año. No he jugado lo mejor que sé durante el torneo, aunque si muy sólido, así que está bien", comentó.

Federer señaló que hoy no había sentido una especial presión por mantenerse imbatido en esa ronda desde hace casi cuatro años. "No sé si me ha puesto bajo presión o no, pero no es fácil salir ahí cada semana con la seguridad de tener que ganar. Durante mucho tiempo he tenido que convivir con diferentes rachas de victorias, pero esta noche no he sentido una presión especial", dijo.

"Creo que él ganó los puntos más importantes hoy, y que yo estuve algo desafortunado. Nunca se puede jugar al máximo, pero no hay duda de que he jugado mejor antes", admitió el número uno del mundo. "Él cubrió la pista bien, y yo no pude encontrar mis pases cuando lo necesitaba. En cierto modo, sí que estoy algo disgustado. Lo intenté, di todo lo que pude. Cuando tú das el cien por cien estas feliz con tu actuación, pero no siempre sale como quieres", dijo Federer.