Ronaldinho ha cerrado su larga etapa en el gimnasio del vestuario y se ha ido del Barça sin que nadie sepa en el club si volverá algún día. Ronaldinho se ha ido del Barça por la puerta trasera, como temía la hinchada por la actitud que ha mostrado el delantero brasileño en los últimos meses y como temía la entidad, que deseaba evitar una despedida tan fea del jugador emblema del último lustro.

Sin Ronaldinho, sin los ocho azulgranas que van a participar en la Eurocopa y sin los cinco lesionados graves (Jorquera, Milito, Sylvinho, Touré y Giovani), el Barça está en cuadro. No puede completar siquiera una alineación para el amistoso del lunes en Arabia Saudí. El club estaba meditando cancelar ese amistoso al disponer solo de ocho futbolistas, dos ellos porteros. Eran nueve, pero Samuel Etoo, siguiendo la estela de Ronaldinho, se marchó a Camerún. Ni siquiera puede recurrir a los jóvenes del filial, que el domingo afrontan el partido de ida de la promoción a Segunda B.

Tal vez sea un adiós momentáneo. Tal vez asome de nuevo la cabeza el 14 de julio para incorporarse a los entrenamientos a las órdenes de Pep Guardiola. Tiene contrato en vigor hasta el 2010. Eso sostiene su hermano Roberto de Assís.