Regresan los fantasmas del pasado, los que presuntamente privaron a Ronaldo de disputar al 100% la final del Mundial de 1998 que ganó la anfitriona Francia. Entonces Ronaldo sufrió unos supuestos ataques epilépticos y ayer el delantero brasileño tuvo que ser examinado por los médicos de una clínica de Francfort debido a una serie de mareos que sufrió el miércoles.

Tanto el jugador como la propia Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) quitaron hierro al asunto y aseguraron que el futbolista estará listo para poder jugar el domingo frente a Australia. Según fuentes de su selección, Ronaldo se quejó de mareos y una fuerte jaqueca, aunque las pruebas practicadas no han constatado "ningún tipo de anormalidad".

Antes de saltar al campo de entrenamiento ayer y ejercitarse con normalidad, el delantero del Real Madrid constató ante un enjambre de periodistas que está bien, tranquilo y dispuesto para jugar el domingo. "Estoy bien, más tranquilo después de que supe que no ocurrió nada grave", apostilló. Asimismo explicó que comenzó a sentir "náuseas" el miércoles y que ayer fue conducido a una clínica para someterse a unas pruebas. "Ya fui medicado y ahora solo quiero pensar en el partido contra Australia", insistió.

NUEVOS FANTASMAS Ronaldo también recalcó que este incidente no tiene ninguna relación con la crisis que sufrió horas antes de la final del Mundial de Francia. Sin embargo, los aficionados y los medios de comunicación brasileños ya han mostrado su preocupación por los problemas físicos y emocionales que puede estar sufriendo el futbolista. Ronaldo ha estado en el ojo de la polémica por su presunto sobrepeso, ha sufrido ampollas y ha pasado por un proceso febril.

Sobre su actuación en el choque contra Croacia, Ronaldo afirmó que no quedó contento con su juego y que en el próximo partido tratará de mejorar su rendimiento.