El italiano Valentino Rossi y Sete Gibernau dirimieron sus diferencias hasta la última vuelta en MotoGP. La pugna se resolvió al final en favor del italiano, que además se proclamó campeón mundial.

En uno de los finales de temporada más apretados de la historia del motociclismo, sus dos principales valedores, Valentino Rossi y Sete Gibernau, resolvieron sus diferencias como lo hacen los grandes campeones, en la pista y además lo hicieron desde la primera hasta la última vuelta para darle aún mayor emoción a la situación. Gibernau sabía que su principal oportunidad de sorprender a Rossi era hacer una buena salida e intentar marcharse desde el principio, ya que si conseguía abrir un hueco importante podía controlar perfectamente las diferencias.

Ya no era sólo el hecho de ser el vencedor o de conseguir matemáticamente el título. En juego estaba el orgullo de uno, Rossi, que se creía ofendido por el otro tras la renuncia y posterior sanción impuesta en Qatar, y el del otro, Gibernau, que repitió desde entonces hasta la saciedad que él no tenía nada que ver. Ambos desplegaron en pista sus mejores armas y el resultado fue favorable para el transalpino.