Todo perfecto. Así resumía el jueves Ruth Beitia su paso por la calificación de salto de altura, que tramitó sin problemas con tres saltos limpios hasta el 1,92. La capitana del equipo español no falló, una vez más. Siete Mundiales, cinco finales. La de hoy, a partir de las 12.30 horas (Teledeporte). Con 36 años cumplidos, la atleta cántabra ha llegado en forma a Pekín tras saltar 2,00 metros esta temporada y mostrarse muy competitiva al liderar el salto de altura en la Diamond League gracias a victorias en reuniones tan prestigiosas como la de Roma y Nueva York.

La armenia Anna Chicherova (2,07 de mejor marca) es su gran rival y líder del año en cuanto a marcas, con 2.03. Campeona olímpica, mundial y europea, la saltadora que compite con la camiseta de Rusia es a sus 33 años, y tras una feliz maternidad, una saltadora experimentada y la favorita. La polaca Kamila Licwinko (2,02 en pista cubierta) y la jovencísima Maria Kuchina (21 años), que ha saltado dos metros esta temporada, como Beitia, también aspiran a medalla.

La estadounidense Chaunté Lowe era otra de las rivales más serias de la española, pero quedó fuera de la final con dos nulos en 1,80. La croata Blanca Vlasic sí entró y es muy competitiva, aunque este año no ha pasado de los dos metros. Su mejor marca de la temporada es 1,97, lejos de su registro personal (2,08).

AMAGO DE RETIRADA A la española le espera una final reñida, aunque ella dice que no firma nada. Con una gran experiencia en la alta competición y avalada por su envidiable medallero, Beitia busca hoy el salto perfecto. El que imagina en su liturgia particular. Cada vez que se concentra tumbada sobre la media luna de la pista entre salto y salto, con la cabeza tapada por el chándal rojo.

Mientras, lo más destacado de ayer fue, sin duda, que el ruso Sergey Shubenkov y la holandesa Dafne Schippers devolvieron el orgullo los velocistas de raza blanca con sus respectivas victorias en 110 m vallas y 200 metros en la séptima jornada de los campeonatos del mundo.