Carlos Sainz, bicampeón mundial, anunció ayer su retirada del Mundial de Rallys después de dieciséis ediciones completas, una "decisión difícil" tomada porque quería dar "un cambio" a su vida "para poder tener más tiempo de disfrutar" con su familia.

Sainz, que ofreció una multitudinaria de prensa en Las Rozas, se mostró sereno y tranquilo, aunque por momentos se emocionó en un acto en el que estuvo rodeado también por seres queridos, entre ellos principalmente su mujer, Reyes.

"Creo que es un buen momento para dejar de participar en el Campeonato del Mundo. Esta ha sido una difícil decisión, sobre todo por lo mucho que sigo disfrutando en las carreras, y si a esto le sumamos que estoy en el equipo campeón del mundo y que tengo la posibilidad de continuar en la próxima temporada, todo el mundo puede entender lo complicado que ha sido tomar esta decisión", señaló el piloto madrileño.

Sainz argumentó también que en este adiós han influido los cambios producidos en los últimos años en el Mundial, que para 2005 mantendrá las dieciséis carreras, una cantidad muy elevada para sus pretensiones.

CONVENCIDO Sainz, que concluirá su carrera mundialista con el Rally de Cataluña y de Australia para cerrar la presente edición del certamen, en el que sigue aspirando al subcampeonato, destacó que los dos últimos años en Citroën "han sido muy buenos" y que ha alcanzado los objetivos marcados. Resaltó que la decisión la tenía tomada desde hace un mes, pero que no lo anunció a petición de Citroën --equipo en el que encontró "la horma de mi zapato"-- y que la toma "convencido" de que no hay marcha atrás.

Aún no sabe qué va a hacer. Por el momento tiene mucha ilusión en cerrar el presente Mundial con buenos resultados, luego descansará "no mucho porque tengo bastantes energías dentro", dedicará tiempo a su familia y amigos y más tarde se planteará su futuro para encontrar "algún reto" que le interese.

De momento, ya ha recibido llamadas, por ejemplo, de si le interesaría competir en el Dakar en años venideros, pero no lo sabe. "No voy a estar nunca inactivo, eso es imposible", señaló Sainz, que se declaró "orgulloso" de lo que ha conseguido y de "haber llevado la bandera de España por todo el mundo".

"Sería injusto por mi parte quejarme de lo que mi carrera me ha dado. Que podíamos haber sido mejores, pues también, pero no me puedo quejar", añadió Carlos Sainz, quien no se considera "una leyenda, sino un deportista".

No se queda con ningún buen momento en especial, porque "ha habido muchos", y en cuanto al peor señaló que "todo el mundo sabe cuál" (el abandono a medio kilómetro de acabar el Rally de Gran Bretaña-98 cuando se iba a proclamar campeón).

Apuntó que desea que tras él no se produzca "un vacío" en España, porque sería "muy triste" para él, así que recomendó que se trabaje para conseguir meter a varios pilotos en el Mundial, aunque precisó que "no es fácil y no hay una varita mágica".