Bryan Sallier no eludió las dudas alrededor de su estado físico en su presentación como jugador del Cáceres: "En los dos últimos años he tenido problemas y hay equipos que tienen miedo de ficharme, pero tengo que dar las gracias al entrenador y al presidente por confiar en mí. Tengo muchas ganas de jugar bien y ganar algo, subir a la ACB". El pívot, de 33 años y 2,03 de estatura, regresa así a una ciudad que ya le acogió durante la temporada 2000-01. El reto le pone "nervioso", aunque también dijo estar "concentrado", todo alrededor de sus rodillas. "Las tengo mucho mucho mejor que antes", afirmó. A su lado, Ñete Bohigas y Juan Francisco Luis --entrenador y presidente verdinegros-- asentían.

LA PRESION

Bohigas se mostró como su principal valedor ("Es uno de los mejores americanos que ha venido a Europa"), mientras que Luis consideró "absurdo" hablar de su "profesionalidad". "Hay que valorar su deseo de jugar aquí", añadió el mandatario. Sin embargo, el propio Sallier reconoció que no muchos equipos se habían interesado por él tras ejecer de temporero en el Estudiantes hace unos meses y destacar en Puerto Rico.

Pese a todo, no pareció intranquilo ante el papel de ser el referente interior del equipo. "Llevo diez años en España. Puedo con la presión", apuntó lacónicamente con una media sonrisa en los labios y en ese castellano más que correcto que ya le caracterizó hace tres años.