Es uno de los principales jugadores a los que Cáceres debe agradecerle no haber descendido en el año de su debut en la ACB (92-93). En 18 partidos promedió 15 puntos y 8,8 rebotes. Su agresividad en las dos zonas fue clave en ´playoff´ de permanencia ante el Lliria, pese a jugar visiblemente lesionado. Después consiguió grandes contratos en Zaragoza (93-94) y Tau (94-97), donde ganó una Copa del Rey y una Recopa. Tras pasar por Ulker y Granada, ayudó al ascenso del Breogán en el 2000. Su última experiencia en Europa fue en Inca (01-02).