En un día de perros lo último que apetece es montar en bicicleta. Por eso, ni siquiera resultaba extraño que, ayer, un joven seguidor se acercara al autocar del Caisse d´Epargne y preguntase a los auxiliares si Alejandro Valverde iba a tomar la salida con una lluvia antipática que calaba de pies a cabeza.

Y si además hace un viento racheado que empieza a tumbar un ciclista detrás de otro, es entonces cuando se encienden todas las alarmas. Valencia, faraónica con sus nuevos monumentos, no está hecha para los ciclistas. Dicen que solo llueve cuando llega la Vuelta.

Parecía, ayer, que todo estaba en contra. Para todos. Para Samuel Sánchez, que salió a entrenar y a constatar lo resbaladizo que estaba el asfalto del nuevo circuito de coches. De allí partió la contrarreloj valenciana. Y en una curva, a ocho por hora, casi parado, surgió una racha de viento y tiró por los suelos al campeón olímpico. "He ido acojonado toda la contrarreloj. Y eso que los del norte nos desenvolvemos mejor con agua, pero el circuito estaba impracticable". Quizá por ser asturiano, o sea, del norte, casi sin proponérselo, con el susto en el cuerpo, corrió un poco más rápido que el resto de favoritos, con lo que dio el primer aviso serio a Valverde, por si no lo sabía, de que también ansía el triunfo en esta edición de la Vuelta.

NUEVO LIDER Sucedió poco antes de que Fabian Cancellara tomara la salida para evidenciar, una vez más, que no hay nadie más rápido en la tierra sobre una bicicleta el día que se programa una contrarreloj en una etapa ciclista. Se vistió de nuevo con el jersey de líder y corrió en una dimensión desconocida.

Valverde, como siempre, fue otra cosa. El suyo es el autocar que reúne a más seguidores. Con la ausencia de Alberto Contador, el murciano se adueña del corazón de los aficionados en la Vuelta, en Tarragona, en Vinaroz, en Játiva y, ayer, en Valencia. Y como por primera vez en toda su carrera deportiva y en una prueba de tres semanas íojo a esta apreciacióní se está mostrando concentrado, sereno, serio, observador, plenamente metido en carrera y sin ganas de realizar ni una exhibición fuera de lugar, que luego todo se paga, ayer sin tomar riesgos estuvo en su sitio y solo perdió 18 segundos con Samuel Sánchez y tres con Cadel Evans, otro de los que ha circulado calladito en esta primera semana de Vuelta donde, deportivamente, no ha sucedido gran cosa.

De momento, Samu Sánchez, Valverde y Evans ya se han situado en el top ten de la carrera, donde aún resisten los especialistas contra el crono y velocistas como Tom Boonen, que ayer se cayó.

LA ETAPA DE HOY La cita es brutal, posiblemente una de las más duras que se han diseñado estos últimos años en una gran vuelta y que puede servir para demostrar que, sin puertos espectaculares, famosos y alejados de las tradicionales cordilleras ciclistas, se pueden reunir en un mismo día casi 4.000 metros de desnivel y hasta ocho puertos de montaña, el último, el Alto de Aitana, de 21 kilómetros y rampas que alcanzan un 9,5%.