Lo peor del chaparrón de Ferrari parece haber cesado. De la sensación de que Michael Schumacher iba a pasar por encima de Fernando Alonso. Tras la exhibición de los coches rojos en Alemania se ha pasado a un escenario bien distinto en solo seis días. "Pase lo que pase aquí, aunque Schumacher gane y yo no sume puntos, tengo el 99% de la confianza de que renovaremos el título porque seremos mejores en las últimas carreras", anunció el español. Y aún mejor: la doble sanción de la FIA llevó a los dos pilotos a mitad de la parrilla, condenados a luchar por unos puntitos en un circuito donde adelantar es tarea casi imposible. Los daños, si existen, serán mínimos, y quizá ni existan.

ALONSO, MAS PREPARADO Alonso fue castigado con dos segundos de penalización en cada una de las tres cronos por su discusión en la pista con Robert Doornbos, el probador de Red Bull, y por adelantar con bandera amarilla durante la sesión libre del viernes. Todo parecía perdido para él, pero Schumi le alegró el día. El alemán adelantó ayer con bandera roja en la manga libre: otros dos segundos de penalidad.

Con los dos segundos de penalización, Schumacher y Alonso pasaron la primera criba de la crono --se eliminan seis-- pero no la segunda, que califica a los 10 mejores. Alonso, con neumáticos más duros, se fue a la decimoquinta plaza, Schumacher a la undécima. Por el medio se situaron los Red Bull Christian Klien y David Coulthard y el Honda de Jenson Button, que perdió 10 plazas por cambio de motor. "Quedar entre los seis primeros es lo máximo", avanzó Alonso. Schumacher es más optimista. "El podio es un sueño ahora, pero no imposible", añadió el alemán.