Se ha convertido Luiz Felipe Scolari (Passo Fundo, Brasil, 55 años), que será la primera víctima de Portugal si cae eliminada, en el gran desdramatizador de la jornada decisiva que se vive esta noche. Con un gran parecido físico a David Niven y Gene Hackman, podría ejercer también de actor. Y no tanto por la capacidad para ocultar emociones, sino precisamente por expresarlas de forma exagerada.

Posiblemente el hecho de haber sido seleccionador de Brasil, tetracampeón del mundo cuando asumió el cargo, pentacampeón luego a sus órdenes, le hace inmune a la presión que ejerce Portugal. Y disputar un partido crucial de la primera fase es incomparable a la víspera de la final de un Mundial. Dice que logra controlar la ansiedad, que su ritmo cardiaco mantiene la misma frecuencia de siempre y que no siente ningún vértigo. "Si nos eliminan será un fracaso, pero la vida continúa. ¿Cuántos entrenadores consagrados caen en una primera fase y siguen entrenando luego? Esto es una fase de la vida deportiva. Si algún jugador quiere unirse a mí y asumirlo luego, bien, pero esto será un fracaso personal", explica Scolari, con la misma locuacidad con que aborda cualquier cuestión.

Un entrenador gestual

Gesticulante, mueve los brazos y arquea las cejas para orientar inequívocamente el contenido de su mensaje. Transpira sinceridad al proclamar que los portugueses también querrían que cayeran eliminadas Rusia y Grecia; exuda asombro cuando le dicen que en Italia se ha publicado que irá al Lazio; se pone trascendental al hablar de los árbitros --"tendríamos que revalorizarlos en lugar de criticarlos"--, se ríe cuando compara los cambios que hace en el equipo con "las parejas de enamorados que se separan al mes de casarse", bromea sobre la oronda figura de un periodista y se pone respetuoso al hablar de Iñaki Sáez: "Hablar de los puntos flacos del rival sería una falta de ética total".

Scolari parece aceptarlo todo. "Si perdemos, soy el culpable, y si ganamos, formo parte del grupo. Es la cultura del fútbol. Igual cambia dentro de 15 o 20 años. Seré el responsable", dice.