Antonio Martínez Doblas (Zafra, 15 de marzo de 1970) ha pasado, con el reciente descenso de su equipo, su peor momento en las seis campañas que ha presidido el Díter Zafra. Ahora se dispone a vivir la séptima y ha sacado fuerzas de flaquezas para levartarse y afrontarla con toda la ilusión del mundo y un sólo objetivo: volver a la categoría perdida. Más que nada porque siente que el fútbol tiene una deuda con su equipo por lo sucedido en el epílogo de la última campaña.

¿Recuperado del tremendo palo sufrido?

--No te queda más remedio que recuperarte y mirar hacia adelante. Seguimos pensando que no merecimos un final así y que el fútbol nos debe algo. La afición, los jugadores, los técnicos y los directivos sabemos que hay una espina clavada y que lo que se nos hizo, por cosas que no tienen que ver con el fútbol ni con el deporte ni la deportividad, no fue justo. Pero ya no nos queda más que luchar por devolver a nuestra afición lo que es suyo.

Por tanto, ¿sigue dolido?

--Lo estamos todos. Lo que se le ha hecho al Díter no es de recibo. El otro día, en la presentación del equipo, todos los estamentos, entrenador, capitán..., hablamos del mismo asunto. Es como si nos hubiésemos conjurado para conseguir en el campo esta temporada lo que en la pasada se nos quitó fuera de él.

Pero habrá tenido sus dudas y sus desánimos, ¿no?

--La verdad es que a veces te entran ganas de abandonar y dejarlo todo, pero el mayor patrimonio del Díter es su gran afición. Una hinchada entendida que cuando se la ilusiona se vuelca con el equipo de forma determinante. Y a ellos nos debemos y a ellos queremos devolver cuanto antes una categoría de la que se nos ha privado vilmente.

¿Qué Díter nos vamos a encontrar esta temporada?

--Un equipo muy joven, con mucha ilusión y ganas de hacer grandes cosas. Un grupo que está haciendo una sensacional temporada y que sabe que lo promordial es adaptarse a la nueva categoría. En ello estamos trabajando, pero desde la humildad de saber que será un año complicado y difícil en el que tendremos que trabajar de firme. Aunque tenemos muchas ganas de hacerlo bien para merecernos el resultado final. El equipo es joven, pero se ha visto que tenemos mimbres suficientes como para dar mucha guerra.

Confía ciegamente en este nuevo proyecto...

--Tengo muchas esperanzas puestas en esta plantilla y sé que podemos hacer grandes cosas. Respetamos a todos y cada uno de nuestros rivales y sabemos que no nos van a regalar nada. Hay que trabajar y trabajar. Pero hemos recobrado la ilusión después del palo que nos han dado y la ilusión es una parte importante del secreto del éxito.