Cierto: hay muchas historias de superación. Pero déjenme que les cuente esta, la del piloto norteamericano, aunque debería escribir español, Kenny Noyes (Barcelona, 18 de junio de 1979), que hace dos años estuvo a punto de perder la vida (en realidad, muchos lo dieron por muerto), al sufrir un accidente en los entrenamientos de la prueba de Superbikes del campeonato FIM-CEV, que se disputaba en Motorland (Aragón). El hijo del popular comentarista de TV, Dennis Noyes, se está recuperando, volviendo a la vida, poco a poco, caminando de nuevo, aprendiendo a hablar otra vez y queriendo saborear, junto a la familia y los amigos, esta nueva vida que le ha regalado la medicina, los hospitales, los recuperadores y el ánimo que está recibiendo del mundo de las carreras, de la motos.

Kenny fue trasladado a un hospital de Zaragoza en Glasgow 3/15, el estado de coma más crítico que existe: su cuerpo no reaccionaba a estímulo alguno, no abría los ojos, ni mostraba respuestas verbales o motoras. Nada. Durante las primeras semanas, el oxígeno llegaba a su cuerpo gracias a la respiración asistida. La buena noticia era que la hemorragia craneal que sufría no había aumentado su tamaño.

El equipo médico encargado de tratar a Kenny tras el accidente se temía lo peor. Sin embargo, la doctora Pilar Luque, que mimaba a Kenny en la UCI de Clínico de Zaragoza, fue la primera en apuntar que la situación real del piloto era mejor de lo que esperaban. Papá Noyes siempre ha tenido una explicación para el milagro: «Los médicos no están acostumbrados a trabajar con deportistas y no saben de qué son capaces estos chicos».

No recuerda nada

Dos años después, Kenny camina con andador, va recuperando el habla poco a poco, pero no recuerda nada del accidente. «Cinco semanas después desperté en una habitación del Institut Guttmann, de Barcelona. No sabía muy bien quién era, dónde estaba, ni por qué. Reconocí a mi mujer y más tarde a mi hermano y a mis padres, pero nada más. No podía hablar ni andar, y me alimentaba por tubos. Hace poco he visto el vídeo de la caída. Tuve mala suerte y la moto rebotó en las protecciones, golpeándome en la cabeza. Combinando la velocidad que llevaba yo y la de la moto, se estima que el impacto fue a unos 120 kms/h.».

Lo importante es que la recuperación no se detenga. Kenny reconoce que este segundo año está siendo peor que el primero. La razón: ahora ya es consciente de todo. «Para mí, más que dos años, el periodo que ha transcurrido ha supuesto el final de una vida y el principio de otra. He vuelto nacer y tengo una segunda oportunidad. He de aferrarme a ella».

Noyes, campeón de Superbikes del FIM-CEV Repsol 2014, se pasa el día trabajando en su rehabilitación. Desde hace un tiempo se siente feliz porque ha empezado a utilizar un andador. Ya puede bajar solo a la calle, a tomar un café con amigos.

Ya no le cuesta tanto hablar. «Se me entiende mejor, gracias al trabajo que hago con mi logopeda, Ana Belmonte. El equilibrio también va mejorando, gracias a mi fisioterapeuta, Luis Lomba». Kenny no solo trabaja con Belmonte y Lomba, también recibe ayuda de un neuropsicólogo, un psiquiatra, un terapeuta especializado en sueño, oftalmólogo…«La parte más difícil es ser consciente de lo costoso que es todo el proceso y de que no puedo conseguir los recursos por mí mismo, con un trabajo».

Noyes sigue involucrado con el Noyes Camp, su escuela de pilotaje. También, aprovechando el segundo aniversario del accidente, esta preparando su perfil en GoFundMe, una plataforma para recaudar fondos. El seguro federativo solo cubrió los primeros 18 meses después del accidente y, ahora, todos los gastos recaen sobre mi familia. «El objetivo es terminar la rehabilitación y crear la Fundación Noyes para ayudar a las personas que, desgraciadamente, tengan que pasar por lo mismo que yo», dice, convencido de que lo conseguirá.

Pasión por las carreras

Kenny sabe que sus días de piloto hace meses que acabaron. El tremendo accidente que sufrió ha servido para demostrar la pasta de la que están construidos estos chicos, que no es otro que el material con el que se hacen los sueños. «Los accidentes son parte del motociclismo, pero yo no cambiaría las motos por nada. La parte negativa es una realidad, aunque lo digo siempre: Shoya Tomizawa, Marco Simoncelli, Luis Salom, Dani Rivas, Bernat Martínez, Nicky Hayden y el resto de pilotos que se han marchado nos pedirían que siguiéramos disfrutando de las motos con la misma pasión que lo hicieron ellos».

Kenny reconoce que la reciente muerte de su amigo Nicky Hayden le golpeó el alma «pues sufrió una lesión muy parecida a la mía, de la que no pudo recuperarse».