Vicente Rodríguez, jugador del Valencia y una de las grandes esperanzas de España para la Eurocopa, confirmó ayer que se encuentra en condiciones de entrar en los planes de Iñaki Sáez en el debut del sábado contra Rusia en el estadio del Algarve.

El estado de Vicente ha sido una de las preocupaciones desde que la selección comenzó su concentración en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Sufrió unos problemas en el sóleo y después en los isquiotibiales.

Estos le impidieron primero entrenarse con normalidad en la localidad madrileña y luego se prefirió no arriesgar y no jugó el sábado ante Andorra.

El jugador valencianista ha cuajado una temporada espectacular. Tras perderse el Mundial 2002 ha crecido como persona y como futbolista, tanto que se ha convertido en una de las grandes claves de los éxitos del Valencia y ha sido un arma casi imprescindible en los esquemas de Iñaki Sáez, tanto que el técnico tiene depositadas grandes esperanzas en su rendimiento.

RETRASOS Por eso que Vicente se entrenase el lunes por la tarde y ayer, en otra dura sesión, con normalidad es una más que buena noticia para la selección española, que se ejercitó bajo un sol de justicia en el campo anexo al Hotel da Falperra, situado en la serranía entre Guimaraes y Braga.

Sáez y Delgado Meco, que han reducido el número de sesiones a partir de hoy y hasta el día del encuentro frente a Rusia, dirigieron otro entrenamiento fuerte, pero variado y ameno.

Los internacionales, que comenzaron con uno de los típicos aplausos a los que llegan tarde --Raúl Bravo y Fernando Morientes por la mañana y Joaquín por la tarde--, trabajaron desde el apartado físico hasta cuestiones como la presión y la salida de la misma, la precisión en los centros y en los remates e incluso lanzamientos de falta.

ESTRATEGIA VESPERTINA No obstante, la faceta técnica y estratégica quedó para la sesión preparatoria vespertina --a puerta cerrada-- en el propio campo del complejo hotelero, y es que cada vez está más cerca el estreno y Sáez sabe que cualquier detalle puede ser determinante en el momento clave.

También hubo diversión en esa sesión. El técnico dividió a sus jugadores en tres grupos, dos situados en los costados del área y un tercero en la frontal, con el objetivo de obtener el premio y la enhorabuena cuando el balón tocaba los postes o el larguero. Después probaron con faltas e incluso penaltis.

Los jugadores, que trabajarán hoy en el estadio Primero de Mayo de la vecina localidad de Braga, están contentos e ilusionados. Las risas y las bromas son constantes en la concentración. Como es lógico, nadie puede permitirse un momento de relajación en el campo de entrenamiento porque Sáez ha advertido que cuenta con todos y aunque parece que el equipo titular es claro cualquier debilidad puede dar paso a un compañero.

Los futbolistas lo asumen bien y aceptan de buen grado la competencia. De hecho consideran algo determinante que exista competitividad porque redundará en beneficio del grupo. El gran debut del sábado ante Rusia ya se palpa.