La selección española llegó a ayer Ereván, tras un día sin entrenamientos dedicado a un largo viaje, para quedar concentrada junto al mítico monte Ararat, que domina una ciudad en la que con la clasificación al Mundial 2010 lograda, ningún tocado quiere perderse la cita.

Dice la historia que el monte Ararat es la montaña bíblica sobre la que se posó el Arca de Noé después del diluvio universal. Preside el horizonte de Ereván, donde un centenar de jóvenes aficionados enloquecieron con los internacionales españoles.

Cada viaje de España a un rincón lejano del mundo se repite una imagen que premia el fútbol de calidad. Los jugadores del Barcelona son los más asediados por los amantes del fútbol. Seguidores que pasan horas esperando en un aeropuerto para pelear por un segundo inolvidable en sus vidas, en el que se fotografían con sus ídolos y rescatan como pueden un autógrafo.

Solo Casillas, el capitán de la Roja , quita algo de protagonismo a los barcelonistas. También Cesc Fábregas y Fernando Torres, dos iconos de la Premier inglesa. Líderes de Arsenal y Liverpool. Partes importantes de la Liga con más difusión en el mundo.

Güiza dijo en declaraciones a Efe que está en plenas condiciones para jugar y aprovechar la ausencia de David Villa. "Estoy recuperado. Arrastraba unos dolores en la rodilla, pero si el míster quiere ahí estaré para dar todo".