Asegurar una plaza para Los Juegos de Atenas 2004, que sería un deber, o poner los pies en el podio, cuya traducción real es el éxito, son los límites que definirán positivamente la actuación de la selección española de balonmano para el Mundial que comienza hoy en Portugal.

España debuta frente a Marruecos (21.30 horas española) en la localidad norteña de Guimaraes, a escasas decenas de kilómetros de suelo gallego y de las playas afectadas por la marea negra del Prestige .

El estreno, siempre difícil, será esta vez cómodo por la acusada inferior calidad de los marroquíes, un rival que nunca ha ganado al equipo nacional.

REFORZADOS

El combinado nacional ha recuperado potencial con Talant Dujshebaev y Enric Masip, en relación con su última comparecencia oficial --séptima en el Europeo del año pasado--, aunque ha perdido al gigante Andrei Chepkin y a Demetrio Lozano sobre la formación que acabó quinta en el último Mundial de Francia´2001. Los que sí estarán entre los seleccionados son los extremeños Carlos Prieto y Juancho Pérez.

En Portugal, el deber cumplido para los españoles llegará hasta el séptimo puesto, el último que posibilita un lugar para Atenas 2004. Más atrás está el abismo, el fracaso para España. Por delante, en cambio, se abre el atractivo panorama de clasificarse para las semifinales del campeonato.