Dice Miguel Ángel Ávila, entrenador del Diocesano, que su principal empeño con sus jugadores estos días es hacerles ver que esta es una semana más, que el domingo, como en cualquier otro partido, solo hay tres puntos en juego. Pero la realidad es tozuda y por las ganas de sus futbolistas se ve que de normal nada, que esta es una semana muy especial. Es semana de derbi, de un derbi histórico, en el que el Dioce recibe por primera vez la visita del Cacereño .

El duelo de la primera vuelta, disputado en la Ciudad Deportiva, se saldó con una victoria por la mínima del CPC. «Pero dimos la cara, creo que lo hicimos bien», recuerda Ávila. De aquello han pasado cinco meses en los que se ha podido ver el crecimiento del equipo. Tiene ahora mejores números, recuerda el técnico. A aquel partido (jornada 15) llegó con 19 puntos (cinco victorias, cuatro empates y cinco derrotas), con 16 goles a favor y 18 en contra. En los mismos partidos de la segunda vuelta ha sumado 23 puntos, marcando 21 tantos y encajando 17.

Distinta es la situación del Cacereño. En la primera vuelta tenía 35 puntos con 25 goles a favor y solo cinco en contra. Ahora, desde enero, ha sumado 28, marcado 20 tantos y encajado 10, el doble que entonces. «Es el típico bache que en algún momento atraviesan todos los equipos», explica Ávila, que a pesar de todo ve al conjunto verde como el principal favorito a ser campeón de grupo. Con bache o sin él, el preparador rojillo asegura que no se fía, que no se cree que el Cacereño esté tan mal. «Lo que pasa es que su exigencia es mucha».

Privilegiado

Menor es la exigencia del Dioce, en una situación «privilegiada», con la permanencia en el bolsillo. Pero las ganas de hacerlo bien el domingo son muchas. «Lo que sí les he dicho a los jugadores es que es un partido para disfrutarlo», añade el técnico, ‘preocupado’ porque la «papeleta» más difícil es para él. «Solo puedo convocar a 16 y jugarán 11, el que se quede fuera se va a enfadar conmigo», dice entre risas. Más serio, añade que está seguro que «los que elija, lo van a hacer bien».

Tras dos días de descanso (lunes y martes), el Dioce empezó ayer a preparar el partido del domingo. «He hablado con ellos y les he transmitido tranquilidad, que no hay nada diferente esta semana», cuenta Ávila. Pero como él mismo sabe será un esfuerzo vano. Es una semana especial y nadie querrá quedarse fuera. Por eso prevé que los entrenamientos de esta semana serán a gran nivel.

El vecino, mientras, también prepara desde ayer la cita. Lo hace en el escenario del duelo, en Pinilla, con la duda de Marcos Torres, que se ha perdido los cuatro últimos partidos del Cacereño. El jugar ya se ejercita, aunque a cuatro días del derbi es aún una incógnita si podrá entrar en los planes de Ximo Mas.