Berna 1961, Sevilla 1986, Londres 1992, Atenas 1994, París 2006 y ahora Roma 2009. El Barcelona ha viajado a algunas de las principales ciudades europeas en busca del título más codiciado en las competiciones de clubes: el de la Copa de Europa. Hasta ahora, el conjunto azulgrana sólo ha podido alzar dos veces la Copa de las Orejas . Berna, Sevilla y Atenas son tres ciudades de mal recuerdo en el imaginario culé. Londres y París, como una segunda luna de miel.

En la capital italiana, y ante el Manchester United, el Barça intentará alcanzar el 50 por ciento de efectividad en las finales de la máxima competición continental.

Corría el 31 de mayo de 1961 cuando los catalanes se asomaron por primera vez a una final de la Copa de Europa, disputada en el estadio Wankdorf de Berna ante el Benfica.

El equipo que entonces dirigía Enrique Orizaola se adelantó en el marcador por mediación de Kocsis (0-1, min.20), pero Aguas empató diez minutos después (1-1, min.30). Ramallets se metió un gol en propia puerta -le molestó el sol- en la jugada siguiente (1-2, min.31) y, tras la reanudación, Coluna hizo el tercero para los portugueses (1-3, min.55). Con 1-3 en el marcador, Kocsis envió un balón al poste y Kubala mandó otro que se estrelló en los dos palos, mientras se paseaba por la línea de gol. Czibor recortó distancias para los azulgranas a quince minutos del final (3-2, min.75), pero no pudo ser entonces.

Sin suerte

Después de aquella final, en la que el azar se alió con el Benfica y el infortunio deparó un desenlace cruel para el Barcelona, la Internacional Football Associacion Board decidió cambiar la reglamentación sobre las porterías, que pasarían a tener los postes redondos y no cuadrados.

El Barça había desaprovechado una ocasión de oro para alzarse con su primera Copa de Europa y tuvo que esperar 25 años más para volver a jugar otra final. En Sevilla, el 7 de mayo de 1986, y ante el Steaua de Bucarest, el equipo de Terry Venables se presentó con el cartel de favorito. Si en Berna los azulgranas se estrellaron contra los postes, en la capital hispalense lo hicieron contra el meta Duckadam, al que fueron incapaces de meterle un gol en 120 minutos y en la tanda de penaltis.

En el mítico estadio de Wembley, el 20 de mayo de 1992, el mágico año olímpico, el Barcelona por fin escribió su nombre con letras de oro en el fútbol europeo de la mano del legendario Dream-Team de Johan Cruyff. Un lanzamiento de falta de Koeman en la prórroga ante el Sampdoria (1-0, min.112) entró como un obús.

Aquel equipo pudo ganar una segunda Copa de Europa pero enterró sus opciones en la infausta final disputada en el Olímpico de Atenas, el 18 de mayo de 1994, ante el Milán. El Barça subestimó a un rival que le dio un baño en toda regla desde el primer minuto. Massaro (min.22 y 45), Savicevic (min.47) y Desailly (min.57) fulminaron (4-0) al Dream Team .

Doce años después, el Barça de Rijkaard y Ronaldinho se coronó como el mejor de Europa en Saint-Dennis (12 de mayo de 2006), ante el Arsenal de Thierry Henry, que jugó 72 minutos con un hombre menos por la expulsión de Lehmann. El conjunto azulgrana remontó el gol inicial de Campbell (0-1, minuto 37), con los tantos de Eto´o (1-1, min.76) y Giuliano Belletti (2-1, min.80).