Una pregunta circula por el paddock del GP de Montreal: ¿Que le pasa a Ferrari? "Tras el doblete de Bahréin pensamos que serían inalcanzables", dice Jenson Button. El F-10 era el coche más rápido en Mónaco y, en la carrera siguiente, Turquía, Fernando Alonso no pudo entrar entre los 10 primeros en la crono. El retraso en el desarrollo aerodinámico y el consumo del motor son las claves de esta diferencia.

"No hemos introducido ninguna mejora aerodinámica desde China, y los rivales sí lo han hecho", explicó Alonso tras finalizar octavo en la última carrera de Estambul donde, a diferencia de Mónaco, la aerodinámica es clave. El año pasado, el propulsor Ferrari consumía 13 litros más en los 300 kilómetros de un gran premio que los motores Mercedes o Renault. El que era un problema menor se volvió crucial este año ante la prohibición de repostajes, pues 13 litros más son 10 kilos extra de combustible en el depósito, un peso que penaliza alrededor de tres décimas por vuelta. "Ferrari y Shell, nuestro proveedor de gasolina, trabajan en este tema", desveló Alonso en pretemporada.

Reducir el consumo es fácil. "Basta con aumentar la proporción de aire en la mezcla de gasolina", explica Xavier Riera, un químico catalán que desde hace 10 años formula la gasolina en el laboratorio Shell. "El problema es que una mezcla pobre en gasolina eleva la temperatura de la cámara de combustión, porque la gasolina actúa como un refrigerante", señala Riera.

Ferrari redujo el consumo y logró un doblete, pero sus motores empezaron a romperse, dos en el caso de Alonso, y saltaron las alarmar, lo que les ha obligado a enriquecer la mezcla y salir más cargado, lo que les está penalizando en casi todas las carreras.