Faltan minutos para que termine el partido, la victoria del Cacereño es clara, la celebración en la grada ha empezado. El centenar largo de aficionados del CPC desplazados a Montijo está nervioso, no para de cantar -«¡Campeones, campeones!»- y tiene ganas de celebrar el campeonato de Tercera con sus jugadores. Pita el árbitro y el campo se inunda de hinchas, de alegría. El We are the champions suena por la megafonía del estadio Emilio Macarro. Señor club el Montijo, que también hizo sonar el himno del Cacereño. La fiesta ha empezado, aunque de momento solo es un aperitivo.

«Es un día para estar contento», dijo Adolfo Muñoz, quizás el más tranquilo de todos en la celebración. El técnico optó por mantenerse al margen, dejando la alegría, la euforia, para los jugadores, que lo festejaron ampliamente con los aficionados sobre el césped. «Este triunfo se lo dedicaría a los jugadores, que son los que se lo merecen, y a la afición, que ha estado siempre con nosotros. Que disfruten, que no todos los días se puede disfrutar de esto», añadió.

«Ser campeón es muy difícil porque solo puede serlo uno», apuntaba un visiblemente feliz Antonio Martínez Doblas, máximo accionista del club, que elogiaba la regularidad del equipo, el buen grupo formado por todos los futbolistas: «Se han merecido ser campeones, la campaña es memorable».

El momento de disfrutar

Memorable, sí, pero no ha terminado. En las dos próximas jornadas no se jugará nada el Cacereño y el técnico podrá hacer pruebas, rotaciones para dar descanso a los jugadores más castigados durante la temporada. Después, llegará el momento de la verdad. «Es solo el primer paso, pero es muy bonito. Ahora nos toca disfrutar, pero el objetivo hay que cumplirlo dentro de unas semanas. Seguiremos trabajando», apuntó Doblas.

No tiene dudas la afición. Animó desde el primer minuto -«gracias al apoyo desde la grada el equipo se ha metido pronto», recalcó Doblas- y no paró durante los 90 minutos. Incluso paseó una copa por la grada -¡del año 2000!- como símbolo de la victoria, del campeonato conquistado. El «sí, sí, sí, vamos a subir...» fue uno de los cánticos que más se escuchó. No fue el único de una afición que desea volver a ver a su equipo en Segunda B, que hace un año sufrió hasta el final con su equipo y que ahora quiere disfrutar también hasta el final, pero en el ascenso.

«Ahora viene lo más difícil», apunto Adolfo, que agradeció el apoyo de la afición -«es [la afición] lo más importante del club, su patrimonio más grandes; somos pocos, pero espero que pronto seamos más». También se acordó de Doblas -«ha hecho un gran esfuerzo- , de Rafael Rojas -«nos ha ayudado muchísimo en todo para que el club siga adelante»-, y de todos los que han trabajado para que el Cacereño esté donde está ahora.

El primer paso está dado, quizás contra todo pronóstico, como se encargó de recordar, una vez más Adolfo Muñoz -«al principio nadie apostaba por nosotros»-, pero aún queda mucho camino por recorrer. De momento, todo lo que venga será con el Cacereño como campeón de Tercera. Y eso ya no se lo pueden quitar. Pero todos, afición y club, tienen ganas de seguir con las celebraciones.