La furia es ya un concepto enterrado para los restos. España está en la final gracias a argumentos más concretos y brillantes como el talento. Mañana, con Cesc como novedad en el once titular por el lesionado Villa, puede redondear su bonita historia.

Una selección más cercana con identidad

Hubo un tiempo en que la selección era la prolongación del Madrid por la cantidad de jugadores suyos que la componían. También hubo una época --Mundial del 94 en EEUU, con Clemente de seleccionador-- en que el Barça era mayoría en el equipo español. Ahora, en cambio, los dos grandes clubs han perdido la hegemonía, un retrato del espectacular cambio vivido en la selección. El Valencia y el Liverpool tienen más jugadores que ellos. Eso ha producido una mayor adhesión de los aficionados hacia un grupo de futbolistas que se distinguen por su cercanía y sencillez. Los han hecho suyos y han conectado de inmediato con generaciones más jóvenes de seguidores.

La influencia de un estilo propio marca el juego

La envidiable nómina de centrocampistas de la selección española está marcada por la escuela de La Masia, el vivero donde se desarrollaron las maneras futbolísticas de jugadores como Xavi, Iniesta y Cesc. Como en el legendario dream team, la mejor manera de defender es tener el balón y hacerlo circular con rapidez máxima hasta conseguir hacer un fútbol que gusta siempre en la grada. Y la forma más eficaz de atacar pasa por la movilidad de los de arriba por delante de la pelota para multiplicar las opciones de pase. Es el fútbol que han mamado en el Barça. Su estandarte es Pep Guardiola, nuevo entrenador azulgrana, como Xavi no se cansa de repetir. Es también la filosofía que ha asimilado Luis Aragonés, encantado de haberse encontrado con este puñado de virtuosos jóvenes futbolistas, con los que ha encabezado la revolución pendiente en el fútbol español cuando está a punto de cumplir 70 años.

La desaparición de la vieja guardia de la selección

El desencuentro de Luis Aragonés con Raúl, Cañizares y Salgado en Alemania aceleró la renovación que el seleccionador ya había emprendido. Los tres encarnaban el núcleo duro de un grupo en el que todo tenía que pasar por el filtro de su autoridad dentro y fuera del campo. La noticia de la suplencia del capitán del Madrid en el primer partido del Mundial desencadenó una cadena de desaires que el técnico no cortó a tiempo. Lo metió con calzador en la formación titular en el choque de octavos contra Francia y acabó limpiándolo definitivamente de las convocatorias después de la humillante derrota en Belfast en la fase de clasificación.

Nada ha roto el buen ambiente del tercer colectivo más joven. Son muchísimas las afinidades en un plantel equilibrado también en lo que a cualidades humanas respecta. El liderazgo de algunos jugadores sobre el campo no ha tenido un efecto disgregante en el resto de los ámbitos de la concentración, como ocurrió en las anteriores grandes citas. Todos pusieron de su parte para apagar los pequeños incendios que tuvieron a Torres y Ramos como protagonistas, con enfrentamientos que trascendieron a los medios de comunicación. La armonía reina más que nunca. No hay subalternos ni dentro ni fuera del terreno de juego.

El valor de un grupo unido por encima de todo

Nada ha roto el buen ambiente del tercer colectivo más joven. Son muchísimas las afinidades en un plantel equilibrado también en lo que a cualidades humanas respecta. El liderazgo de algunos jugadores sobre el campo no ha tenido un efecto disgregante en el resto de los ámbitos de la concentración, como ocurrió en las anteriores grandes citas. Todos pusieron de su parte para apagar los pequeños incendios que tuvieron a Fernando Torres y Sergio Ramos como protagonistas. La armonía reina más que nunca. No hay subalternos ni dentro ni fuera del terreno de juego, y eso va en beneficio del equipo.

El don visionario de un técnico cambió su estilo Pase lo que pase mañana en la final, Aragonés podrá despedirse por la puerta grande. A estas alturas, entre sus méritos no hay que contabilizar solo su aguda visión para moldear al fin un equipo ganador sobre la base de futbolistas de mucho talento. Bien aconsejado, ha sabido templar sus nervios y rebajar su carácter adusto para no meter la pata en los momentos más inoportunos. Con ello, ha hecho una contribución sobresaliente para que el grupo pueda crecer sin más distorsiones que las inevitables. Dejará una herencia impagable a su sucesor.

La aportación de unequilibrio defensivo

No todo puede fiarse a Casillas, el gran héroe en cuartos frente a Italia. En ese sentido, la línea de zagueros de la selección era la que más dudas ofrecía antes de viajar a Austria. Puyol y Marchena llegaban tras completar una deficiente campaña con sus clubs, Ramos no se encontraba a sí mismo y Capdevila venía a ser el tuerto en el país de los ciegos para cubrir una demarcación muy deficitaria entre los seleccionables. Los centrales finalmente han llegado a tiempo de dar la talla que se les exige, Ramos ha reorientado su despiste inicial y Senna les ha ayudado a todos con su impagable trabajo en pro del equipo.

La identificación e implicación de la afición

Es evidente que el respaldo de los aficionados ha sido un fiel reflejo a lo que se ha visto durante los últimos meses. La reacción en los últimos partidos de la clasificación y los triunfos ante combinados importantes en los amistosos ha creado un clima perfecto de comunión entre las dos partes. Ejemplos como el que se está viviendo en Extremadura estos días, con la gente festejando por todo lo alto los triunfos, han sido realmente ilustrativos del clima que se ha creado en torno a la ´roja´, una selección que puede hacer que mañana estalle definitivamente el éxtasis deportivo.